Tras la muerte de alias Cabuyo, Ramiro se convierte en el cabecilla de las disidencias más visible en el departamento.
TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/
“Cabuyo” murió varias veces antes de caer verdaderamente a manos de las autoridades este viernes en medio de un enfrentamiento en el municipio de Barbosa. El comandante del frente 36 de la disidencia de las Farc, cuyo nombre era Ricardo Abel Ayala, había sobrevivido a 10 operativos y sobre su muerte se rumoreó durante varios años, saliendo ileso de bombardeos, francotiradores y feroces combates con la fuerza pública.
Pero a los 29 años, el temido cabecilla que aterrorizó el Norte de Antioquia y traicionó el Acuerdo de Paz para delinquir desde el cañón de San Pablo, finalmente fue abatido.
Con su neutralización, que era un desvelo para las autoridades desde hace varios años, ahora la prioridad podría centrarse en el otro jefe disidente de mayor notoriedad en el departamento, alias Ramiro, quien, al igual que Cabuyo, se convirtió en un escapista de la muerte.
Erlinson Chavarría Escobar, alias Ramiro, es el jefe del frente 18 de las disidencias que opera en el Norte de Antioquia y tiene su fortín en el municipio de Ituango. A “Ramiro” se le creyó muerto en noviembre de 2020 luego de que su campamento fuera bombardeado en un operativo militar, que contó además con la participación de la Fuerza Aérea Colombiana, la Policía Nacional, la Fiscalía General de la Nación.
Sin embargo, el único rastro que dejó el cabecilla fue la prótesis que reemplazó la pierna que perdió en 2012 durante una persecución en el sur de Córdoba de la fuerza pública al pisar un campo minado que instalaron sus propios compañeros.
Las autoridades se quedaron con la prótesis que tenía grabadas las imágenes del Ché Guevara y la virgen de Guadalupe, mientras intentaban resolver el misterio de qué había pasado con Ramiro. Las hipótesis iban desde un escape milagroso hasta un acto de lealtad de sus subalternos de llevarse consigo el cadáver durante la huida para que no cayera en manos de las autoridades.
Para reforzar la hipótesis de su muerte, disidentes se dedicaron a regar panfletos en diciembre de 2020 por todo Ituango en los que lamentaban la desaparición de su cabecilla con mensajes como “que falta haces en esta navidad”.
Sin embargo, su rastro delictivo lo sacó del anonimato y en julio de 2021 fue responsable, junto a dos cabecillas del frente 18, alias Camilo y Michín, de uno de los desplazamientos masivos más grandes en la historia del departamento, cuando a punta de amenazas telefónicas a líderes veredales y mensajes por Whatsapp desocupó el 40% de la zona rural del municipio cuya población terminó hacinada durante dos semanas en el casco urbano del municipio.
“Ramiro” ingresó a la guerrilla en 1999, en medio de la avanzada paramilitar en el Nudo del Paramillo. Gracias a su arraigo en la zona logró escalar hasta convertirse en jefe. Estuvo en el proceso de reincorporación pero lo abandonó en 2017 para volver a tomar las armas al frente de 124 hombres. Desde entonces se disputa con el Clan del Golfo el control de esta zona estratégica para el narcotráfico.
Sin embargo, según versiones de inteligencia entregadas a este medio, aunque sigue activo ha disminuido su accionar porque el Clan del Golfo tiene muy invadida la zona de retaguardia del frente 18 en Ituango. Le han asesinado varios integrantes y le han robado varias armas. Más que la fuerza pública, la gran amenaza del otro principal jefe disidente que queda en Antioquia es el Clan del Golfo, que lo ataca sin tregua desde dos lados: el Occidente antioqueño y el Sur de Córdoba.
