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Los relatos de dos secuestros exprés ocurridos el fin de semana en las cercanías de Medellín

Este fue uno de los casos de secuestro que se registró en la vía San Antonio de Prado-Armenia Mantequilla. Los delincuentes no se pudieron hurtar esta camioneta porque se estrellaron. FOTO: CORTESÍA

Se presentaron el fin de semana en San Cristóbal y los límites de San Antonio de Prado con Armenia. El secuestro exprés, para vaciar las cuentas, es la modalidad más recurrente.

TOMADO DE: elcolombiano.com

Como a finales de los 90 y comienzos de este milenio, este año se han vuelto a denunciar casos de secuestros en Antioquia y también en los corregimientos de Medellín. Nada más a finales de la semana pasada se registraron dos casos, uno en la vía San Antonio de Prado-Armenia Mantequilla y otro en una vereda de San Cristóbal, lo que deja en evidencia el incremento de este delito no solo en el Valle de Aburrá sino en todo el departamento.

Con estos dos casos se evidencia el aumento de los raptos en la región metropolitana de Antioquia, donde este año se contabiliza un alza del 70,6%, pasando de 17 denuncias el año pasado a 29 en este 2023, donde Medellín concentra la mayor cantidad de reportes, con 14 denuncias, entre los registrados en la zona urbana y la rural, sin importar si son simples o relacionados con hurtos, la modalidad que más prima por estos días.

La vía que conecta a San Antonio de Prado con Armenia Mantequilla y Heliconia se volvió una vía “dulce” para quienes raptan a sus víctimas por varias horas hasta vaciarles sus cuentas bancarias y buscan obtener un rédito adicional pidiendo dinero a los familiares de los raptados para dejarlos en libertad.

Nada más este viernes en la tarde, a cuatro motorizados que iban por este corredor, a la altura del sector Las Vírgenes, jurisdicción de Heliconia, los interceptaron ocho hombres, armados, con la idea de retenerlos con esta finalidad, lo cual generó un altercado entre los delincuentes y uno de los motorizados.

En medio de este forcejeo, los delincuentes tomaron como medida tirar una de las motocicletas a uno de los vacíos del sector, todo con el fin de dejarlos en la zona contra su voluntad, para así acceder a sus pretensiones económicas.

Posteriormente se los llevaron y los amarraron por varias horas, hasta que lograron quitarles todo su dinero, lo que pudo demorar entre dos y tres horas, para luego dejarlos abandonados en medio de la nada de estos corredores solitarios y, según una de las víctimas, con poca presencia de las autoridades.

Esta es una historia ya repetida en este sector, puesto que el 30 de octubre, otras personas que se movilizaban en una camioneta también fueron interceptadas por hombres armados con la misma finalidad. Una de las víctimas de este caso relató: “Nos dirigíamos hacia Armenia Mantequilla y en el tramo entre el estadero El Alto del Chuscal y el sector conocido como Las Vírgenes salieron ocho hombres que atravesaron palos, troncos y las motos para hacer detener el vehículo”.

Ante las intimidaciones de los criminales, ya que todos se encontraban armados, decidieron bajarse del vehículo y los llevaron hacia una zona boscosa, en la que perdieran toda posibilidad de contacto con los familiares y con cualquier vehículo que transitaba por esta vía.

Cuando llegaron al campamento donde tenían a otras víctimas de estos secuestros exprés, los amarraron de pies y manos para que no pudieran escapar de la zona.

“Estas personas hicieron retiros en cajeros de Medellín y se llevaron hasta las argollas de matrimonio, porque estaban enfocados en todos los objetos de valor que uno tuviera. Solo cuando confirmaran que habían sacado todo el dinero, lo dejaban a uno en libertad. A mí me retuvieron por tres horas”, relató la víctima a EL COLOMBIANO.

No contentos con llevarse las pertenencias y los documentos de quienes iban en la camioneta, los delincuentes se fueron en el vehículo por la vía hacia Medellín, pero en el camino perdieron el control de este automotor y quedaron atrapados en una cuneta, viéndose obligados a abandonar el vehículo en la vía.

Este carro lo encontraron las víctimas quienes estaban bajando a pie, sin zapatos, por este corredor cuando se lo encontraron siniestrado y procedieron a llamar a las autoridades para que hicieran las diligencias judiciales respectivas.

Con el paso de los días fueron apareciendo en varios sectores de la ciudad los documentos de estos: en San Antonio de Prado hallaron los documentos del conductor de la camioneta y en Villa Hermosa ubicaron la cédula de una de las mujeres que también iban en este viaje.

“No sabemos bien de dónde serán los delincuentes ni de qué banda se tratará pero lo que sí se sabe es que están muy bien organizados, porque cometen este delito, de manera muy estructurada y luego hacen los hurtos en distintos puntos, como para evitar dejar cualquier evidencia”, dijo la víctima.

Ante las denuncias de estos casos, el comandante de la Policía Antioquia, coronel Carlos Andrés Martínez, aseguró que incrementará el pie de fuerza en este sector para evitar que los delincuentes continúen con este accionar.

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Raptado por “compradores”

Sobre el caso ocurrido en el corregimiento San Cristóbal, al otro extremo del occidente de Medellín, se presentó el rapto del propietario de una finca, a la que dos hombres ingresaron diciendo que eran compradores de lotes, pero de inmediato lo amordazaron y lo montaron a una camioneta para llevárselo con un paraje desconocido.

La víctima relató, a través de redes sociales, que “unos supuestos ingenieros llegaron pasando por varias fincas con la idea de comprar unos lotes. Cuando entraron a la mía me montaron a un carro”.

Los hechos se registraron en la vereda La Palma, de este corregimiento, y cuando los delincuentes ya iban con su víctima, sufrieron un accidente con el vehículo. El carro impactó contra un barranco porque se quedó sin frenos, por lo que no solo debieron dejar el vehículo abandonado en un corredor rural, sino también a su víctima, quien no sufrió mayores lesiones luego de la colisión.

Debido a este incidente, se desconoce cuál era la finalidad de sacarlo de su casa y llevárselo, si era para pedir dinero por su rescate o cometer algún otro delito contra su integridad. Dos de las personas que ingresaron a la finca para raptar a este hombre quedaron registrados en las cámaras de seguridad de la entrada de la propiedad y son buscadas por las autoridades.

Ante lo sucedido, ya hay una alerta generalizada en la zona para tener mayor precaución con estas personas que dicen comprar lotes y van con otras finalidades, señalaron personas del sector.

Así van las cifras

De acuerdo con la Policía Nacional, al 31 de octubre de este año se han registrado 47 casos de secuestro en todo el departamento, mientras que el año pasado, en el mismo periodo se contaban 25, mostrándose así un incremento del 88%.

En lo que corresponde al Valle de Aburrá, cuyo incremento es del 70,59%, este año donde más casos se contabilizan es en Medellín, con 14 denuncias, contra los 10 que iban el año pasado. En Copacabana, que es el segundo de la lista, van siete casos, cuando el año pasado no se contabilizaban hechos de este tipo.

En este municipio se registra una particularidad, de acuerdo con el comandante del Gaula de la Policía Metropolitana, mayor Gabriel Alejandro Niño, quien aseguró que todos estos casos ocurrieron mediante modalidades de hurto en el cual tuvieron retenidas a las víctimas un determinado periodo de tiempo.

En el sur del Valle de Aburrá lidera la estadística La Estrella, donde también se han presentado cuatro casos de secuestro, también bajo la modalidad denominada exprés.

El listado se cierra con Bello, Barbosa, Caldas y Girardota, donde se contabilizan en ellos de a un caso, según estas estadísticas. La disminución sustancial queda evidenciada en Bello, donde para 2022 se tenía registro de hasta cinco casos, la mayoría aparentemente vinculados con retaliaciones entre estructuras criminales.

Mientras Barbosa, se sostuvo en el comparativo, ya que el año pasado también se reportó un caso; en Sabaneta la reducción pasó de un caso en 2022 a no presentarse ninguno en 2023. Por fuera del Valle de Aburrá se tienen registros de cuatro casos en Tarazá y de a dos casos en Ituango y Rionegro, mientras que en Armenia Mantequilla, donde se están presentado los casos más recientes, hasta el 31 de octubre solo se tenía un caso, a la espera de cifras de noviembre.

Modalidades recurrentes

Para el Valle de Aburrá, la principal modalidad para retener una persona por determinado periodo de tiempo pasa por los secuestros vinculados con retaliaciones entre bandas delincuenciales que, según el Gaula de la Policía Metropolitana, suma 14 casos.

“Estos son hechos en los que las víctimas son retenidas por deudas de estupefacientes o porque estaban vinculadas con casos de hurtos en un sector de la ciudad y estuvieron retenidos por las estructuras delincuenciales”, manifestó el mayor Niño.

También se contabilizan las retenciones relacionadas con temas familiares y en el que están vinculados los menores de edad, con seis hechos, todos con rescate de los menores y posterior restablecimiento de derechos.

Para las cuentas se suma un caso del catalogado falso servicio, en el que generalmente se cita a una persona que trabaja en temas relacionados con obras o con transporte y se les cita en algún punto lejano con la promesa de ofrecerles un trabajo.

“Allí, muchas veces desde las cárceles, los intimidan y los retienen y se comunican con los familiares para pedirles dinero. Se han tenido otros casos en los cuales las víctimas se dan cuenta de que no los están resguardando y se retiran del lugar y denuncian”, manifestó el oficial.

Los otros ocho casos contabilizados estarían relacionados con temas vinculados con retenciones para el hurto de las pertenencias de las víctimas, en medio de una diferencia estadística entre la Policía y la Fiscalía (ver recuadro).

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El elemento más utilizado para cometer los secuestros es el arma de fuego, ya que con esta se han registrado 40 de los 47 casos. Un caso se reportó con arma blanca y se registró en Bello. Los otros seis casos, las autoridades no entregan reporte de qué tipo de arma se utilizó para el rapto.

En cuanto al sexo de las víctimas, 38 eran hombres y las nueve restantes eran mujeres. Por rango de edad, se reportaron nueve denuncias de secuestro de menores entre los 13 y los 17 casos; mientras que el resto supera los 18 años.

Si bien las autoridades lamentan que este delito vaya en incremento, también resaltan que esto los ha llevado a intensificar las estrategias para salvar con vida a las víctimas y lograr capturar a los responsables. El mayor Niño explicó que este año se logró el exitoso rescate de nueve personas, mientras que el año pasado, a la fecha, se contabilizaban seis hechos de este tipo.

Y ni se diga de las cifras de capturas de los responsables de los secuestros en el Valle de Aburrá, donde se contabilizan 107 detenciones contra las 68 que se registraban el año pasado. “Tenemos un incremento del 57% en las capturas y el 100% de estas personas actualmente se encuentran judicializadas con medida de aseguramiento en centro carcelario”, aseguró el oficial.

Más allá de la operatividad de las autoridades para combatir este fenómeno, las situaciones registradas recientemente en distintos corredores de Antioquia y sectores rurales y urbanos del Valle de Aburrá dejan en evidencia como el secuestro volvió a ser una fuente delictiva para las organizaciones criminales, bien sea delincuencia común o grupos organizados.

El comandante del Gaula de la Policía Metropolitana, mayor Gabriel Alejandro Niño, aseguró que hay una polémica con el incremento de los secuestros, principalmente con los relacionados con los hurtos, debido a que, según él, la principal finalidad de estas retenciones no pasan por querer obtener beneficios económicos del rapto, sino simplemente tener el tiempo suficiente para quitarle las pertenencias a sus víctimas para luego dejarlas en libertad, contrario a una modalidad de imputación establecida desde la Fiscalía.

“Nosotros estamos trabajando para que jurídicamente esto se catalogue como un hurto y no como un secuestro, porque el objetivo de muchos de estos hechos pasan por el hurto, como por ejemplo los siete casos que se han registrado este año en Copacabana y otros hechos en Medellín. Esta situación también tiene que ver con que haya este aumento en las cifras”, afirmó el comandante del Gaula.

Infográfico

Santiago Olivares Tobón
Santiago Olivares Tobón

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