Relatos de las víctimas dan cuenta de como operan los grupos armados en Colombia para reclutar menores. Aquí los detalles de un informe de la Policía sobre esta situación.
Un reciente informe de la Policía Nacional ha revelado el grave incremento en el reclutamiento forzado de menores de edad por parte de grupos criminales que hacen parte o han sido considerados en el marco de la política de paz total del Gobierno colombiano.
Entre las organizaciones señaladas se encuentran las disidencias de las Farc, el ELN, la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo, quienes continúan con estas prácticas a pesar de los diálogos y procesos de paz en curso.
El documento al que tuvo acceso Semana, desde donde se toma la información, es claro al advertir que estos grupos no han detenido ni tienen intenciones de frenar el reclutamiento de menores. El coronel Juan Pablo Cubides, director de Protección de la Policía, destacó la gravedad de la situación: “En su lucha contra el reclutamiento de menores de edad por grupos criminales, la Dirección de Protección de la Policía no solo se enfoca en la captura de los responsables, sino también en garantizar una protección integral para las víctimas rescatadas”.
El mencionado medio, publicó los testimonios de las víctimas y sus familias, los cuales son desgarradores. Una madre en el municipio de Convención, en Norte de Santander, relató el horror de perder a su hija a manos de las disidencias de las Farc: “Mi hija fue reclutada en abril de este año. Se la llevaron a la fuerza de la finca en donde vivíamos. Intenté recuperarla, supliqué a los comandantes del grupo, y después de mucho rogar, me la devolvieron por un tiempo, pero nuevamente la secuestraron y desde entonces no sé dónde está”,
Otro menor que logró escapar después de haber sido reclutado por la misma organización en Cauca narró su experiencia: “Me contactaron por Facebook a los 14 años. Junto a otros cuatro menores nos enseñaron el himno de las Farc y nos entrenaron para combatir”. Este relato no es aislado; otro niño de la misma región relató cómo fue forzado a integrarse a las filas del grupo armado: “Me dieron un fusil, botas de caucho y me ofrecieron 150.000 pesos como bonificación. Logré escapar y me entregué a la infantería”, anotó Semana.
El informe de la Policía destaca que el reclutamiento de menores en Colombia sigue un patrón meticulosamente diseñado por estos grupos. Los menores son primero utilizados como mandaderos, informantes o cosechadores de coca en lo que llaman “preingreso”. Un menor que fue víctima de este proceso describió su experiencia: “Me llevaron a la fuerza por dos meses. Cocinaba, prestaba guardia, y después me dieron armas para el combate”.
Semana también señala que entre otras fases de la estrategia criminal, está la “vinculación periférica”, donde los jóvenes son utilizados como traficantes de droga, expendedores o para realizar inteligencia urbana. Los que avanzan más en la estructura son convertidos en sicarios, explosivistas o cabecillas de zonas, convirtiéndose en criminales expertos.
Los datos de la Dirección de Protección son alarmantes. En lo que va del año, se han registrado 158 casos de reclutamiento forzado, un incremento del 8% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se reportaron 146 casos. Cauca es el departamento más afectado, con 63 menores reclutados. Nariño y Tolima también muestran un preocupante incremento. En Tolima, el número de casos subió un 800%, alcanzando 10 en 2024. Meta y Tolima, por su ubicación geográfica, también registran un aumento significativo en el reclutamiento forzado.
En otro testimonio, un joven que fue reclutado por el Clan del Golfo en Antioquia explicó cómo fue inducido a formar parte de la organización criminal: “Me llevó un sujeto que se llamaba Camilo. Me prometió 1.200.000 pesos mensuales y me inscribió en un curso urbano que duraba dos meses. Después de cinco meses, me escapé porque no soportaba estar lejos de mi familia”.
Las cifras muestran una tendencia ascendente en el reclutamiento forzado, con un aumento significativo en las regiones afectadas. El informe advierte sobre el peligro que esto representa para la estabilidad social y la seguridad en varias partes del país. Las autoridades están en alerta máxima, pero la complejidad del problema hace que erradicar este flagelo sea un desafío monumental.
En medio de esta crisis, el coronel Cubides reafirmó el compromiso de la Policía: “Nuestro objetivo no es solo detener a los responsables, sino también brindar apoyo a las víctimas y sus familias, quienes viven el dolor de perder a sus hijos en manos de estos grupos criminales”.
El informe deja en evidencia que, a pesar de los esfuerzos del gobierno por buscar soluciones de paz, los menores de edad siguen siendo utilizados como herramientas de guerra en las zonas más vulnerables del país.