Ángela Villegas fue obligada a salir de una tienda Super Inter porque tenía uniforme. Un empleado le gritó que abandonara el lugar.
Luego de que la doctora Ángela Villegas pudiera entrar a regañadientes al supermercado Super Inter de la avenida Guadalupe, sur de Cali, un empleado de ese establecimiento se paró en el pasillo principal y desde varios metros de distancia le gritó: “¿Niña, usted ya se va a ir? Es que la gente está impaciente con su presencia aquí”. La respuesta de la profesional fue llanto, rabia e impotencia. Tuvo que abandonar el lugar sin completar su compra.
El problema era, según el empleado, que la doctora Villegas portaba su uniforme. Efectivamente, pocos minutos antes había salido de un turno de doce horas. «Nosotros utilizamos un traje especial para atender a pacientes con complicaciones respiratorias. ¿Cómo se les ocurre que portamos el mismo uniforme para atender a los sanos y enfermos? Además, apenas salgo de turno me cambio de uniforme. Lo utilizo porque me siento cómoda y orgullosa», le contó a SEMANA.
Tras el desafortunado hecho, solo una persona se arrimó a consolarla: el carnicero del supermercado. El trabajor -con visible impotencia- le agradeció por su labor y pidió perdón en nombre de su compañero y los demás compradores por la discriminación y desidia.
«No sé en qué momento el uniforme se convirtió en sinónimo de criminalidad. Nosotros todos los días nos estamos arriesgando en nuestro trabajo y en la calle también. Las agresiones ya pasaron de ser verbales a físicas. Los taxis no nos quieren llevar», agrega la doctora Villegas.
Su desahogo ante esta situación fue grabar un video donde relata la injusticia. En la pieza audiovisual no puede soportar la tristeza y sucumbe ante el llanto. «Esto es muy duro. Todo lo que nos está pasando es muy duro. Tenemos que estar concentrados para entregar lo mejor de sí en el trabajo, pero no podemos dejar de pensar en todas estas situaciones externas».
Este nuevo caso de discriminación al personal de salud en la capital del Valle, se suma al registrado la semana pasado con el médico Cristian Botache, quien tuvo que abandonar su residencia por presión de sus vecinos.