Palenque renace con arte y color, rescatando su historia y atrayendo turismo, gracias a la estrategia +Vida impulsada por la Gobernación de Bolívar.
Palenque, tierra de negros y cimarrones, es el primer pueblo libre de Latinoamérica que se mantiene lleno de mitos, leyendas, culturas ancestrales, espacios sagrados y tradiciones… y ahora, más que nunca, está lleno de color, gracias a la estrategia +Vida en San Basilio de Palenque.
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Esta estrategia, impulsada por la Gobernación de Bolívar, la Fundación Santo Domingo y la Fundación Pintuco, transformó cerca de 32.000 metros cuadrados con colores que no solo impulsarán el turismo y la economía local, sino fomentarán el sentido de pertenencia de la comunidad.
“Desde el inicio, la estrategia fue un espacio que nos llevó a transformar nuestras mentalidades y la visión que teníamos del territorio, pero también logramos darle color y embellecer muchas casas de nuestra tierra”, comentó Frey Salgado, líder comunitario de Palenque.
Contando su historia
Antes, cuando ingresaban al pueblo, los visitantes reconocían la rica cultura y la invaluable tradición de Palenque, sin embargo, el pueblo se veía poco cuidado y le faltaba color. Ahora, después de +Vida, Palenque cobró vida y obtuvo un atractivo mayor, no solo para los turistas que llegan en grandes grupos, sino para los mismos habitantes del pueblo, quienes se sienten más empoderados y, a través del arte, encuentran un punto de partida para contar su historia.
Pintamos más de 32.000 metros cuadrados de murales a lo largo del pueblo, murales que expresan diferentes aspectos de nuestra cultura y tradición y nos ayudan a demostrar la verdadera esencia de Palenque”
Ivon Pérez, ingeniera ambiental residente del pueblo.
Y es que prácticamente en cada esquina se puede encontrar un mural que cuenta una historia diferente, una historia que todos cuidan, como expresan en una frase de una de las obras de arte: “Suto a ten ke kuilá, ittoría suto”, que en español significa: “Nosotros debemos cuidar la historia nuestra”.
El lumbalú y más
Nada más entrar al pueblo, cerca del cementerio, se encuentra un mural que explica el lumbalú, un ritual que tiene que ver con los ritos fúnebres y la forma en que, a través de danzas, cantos, música y actuacones, los habitantes de Palenque se despiden de sus fallecidos.
Más adelante, en los alrededores del Centro de la Guardia Cimarrona, las autoridades que brindan seguridad al pueblo, se encuentra un mural que ilustra la historia de Catalina Luango, uno de los mitos más importante de Palenque, que le da origen a la prohibición, en algunas horas del día, al acceso a la ciénaga de Palotá para la pesca y el abastecimiento de agua. También te podría interesar: Catalina Luango, diosa de las aguas
Y así como estos dos, a lo largo del pueblo se encuentran murales alusivos a la tradición oral que mantiene la cultura de generación en generación, a las famosas palanqueras con sus vestidos coloridos y su alegría interminable, al fundador del pueblo, Benkos Biohó, a las actividades típicas de sus habitantes, e incluso, a otras expresiones tradicionales como las trenzas y la libertad que representan.
Un palenque con más vida
Aunque los cambios en Palenque son evidentes, la vida que llegó a este pueblo va más allá de las paredes que lo componen, porque niños, adultos, líderes y, dicen en el pueblo, hasta los ancestros, se sienten felices y ven un futuro mejor para su tierra.
“El impacto en la niñez es muy grande. Los niños se acercan a los murales, preguntan por las historias representadas en ellos y disfrutan los espacios creados para la recreación, logrando así, al menos, una generación más que seguirá el legado de Palenque”, contó Yainer Cáseres, consejero de deporte y recreación.
Pero los esfuerzos no terminan aquí, porque los palenqueros, ahora acompañados de los turistas que diariamente se acercan al pueblo, seguirán impulsando que la importancia de Palenque no solo siga trascendiendo la historia, sino que marque un modelo a seguir para las nuevas generaciones y para otros pueblos que comparten características con ellos, no sin antes, seguir haciéndole fuerza al proyecto que acaba de ser aprobado en el Senado, que busca hacer que Palenque ya no sea un corregimiento de Mahates (Bolívar), sino que se convierta en el municipio 1.104 de Colombia.