“El Centurión de La Noche” fue el artista más vendedor de la música tropical colombiana.
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Al cumplirse los 10 años de la muerte de Álvaro José Arroyo González, el cantante sigue vivo en el corazón de los barranquilleros, la ciudad en la que decidió vivir como lo plasmó de manera magistral en su tema en “Barranquilla me quedó”.
El reconocimiento del pueblo al Joe Arroyo en la capital del Atlántico es evidente con el homenaje con su estatua en el parque Los Músicos y el bautizó con su nombre de la estación principal del Transmetro.
La voz del gran Joe, que traspasó las fronteras de Colombia con su peculiar estilo, que puso a bailar al público de todas las edades, se apagó el 26 de julio de 2011, cuando solo tenía 55 años, y todavía tenía mucho que dar para la música.
La muerte del Rey de la música Tropical se produjo por un infarto fulminante en la clínica La Asunción, debido a sus quebrados de salud, que lo había mantenido hospitalizado en varias oportunidades, debido que sufría de hipertensión, problemas arteriales e infecciones.
Su música hoy más que nunca sigue sonado como un reconocimiento de uno de los artistas más grandes de Colombia.