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Estos son los 4 cabecillas detrás de las masacres en el Suroeste

POR NELSON MATTA COLORADO |

Según Inteligencia, están al frente de las disputas que han dejado 51 muertos en 12 ataques desde 2020.

El bajo mundo del Suroeste antioqueño es un estanque lleno de tiburones sedientos de sangre, en el que todos están dispuestos a traicionar para quedarse con el botín de los narcóticos.

TOMADO DE: elcolombiano.com

Su disputa ya deja 12 matanzas desde 2020, cuando se empezó a resquebrajar la hegemonía delincuencial del cartel narcotraficante Clan del Golfo, también conocido como Autodefensas Gaitanistas. Desde entonces, cuatro alias han empezado a rondar los expedientes judiciales, como sospechosos de ser los instigadores de los homicidios: “La Erre”, “Carne Rancia”, “Siopas” y “el Gato”.

EL COLOMBIANO consultó investigadores de la Fiscalía y la Policía, y fuentes en el terreno, para actualizar el mapa criminal de la zona y reconstruir la historia de quienes imparten, presuntamente, las órdenes a los sicarios.

Desde 2016 el frente Suroeste del Clan del Golfo era la estructura predominante, lo que mantenía los índicadores de violencia a la baja en la subregión, debido a que no había confrontaciones activas.

Este grupo depende del bloque Pacífico (también llamado “Jairo Durango”) del Clan, cuyo jefe es el exguerrillero del frente 58 de las Farc, Wilmer Giraldo Quiroz (“Siopas”). Bajo su mando están todos los frentes del cartel que bordean la costa Pacífica, desde Chocó hasta Nariño.

Hasta 2020 la cúpula del frente Suroeste la conformaban cinco personas: Abelardo Vargas Benítez (“la Erre”), su hermano Merardo Vargas Gutiérrez (“Sangre”), Jorge Rodríguez García (“Alambre”), Jorge Ríos Ortiz (“Andrés el Resabiado”) y Andrés Morales Marín (“Carne Rancia”), tal cual consta en los informes judiciales.

En enero de 2019 en una finca del corregimiento Altamira, en Betulia, hubo una reunión en la que, por mandato de “Siopas”, se redistribuyeron las zonas y las funciones. “Alambre” no quedó contento con el cambio y se rebeló.

Armó rancho aparte y comenzó a venderles plazas de vicio a $20 millones a diferentes traficantes de la región y del Valle de Aburrá, con lo que democratizó un negocio que antes era exclusivo del Clan. La osadía le salió cara y los mercenarios de sus antiguos socios lo mataron el 19 de marzo de 2020, en un cafetal de la vereda La Samaria, en Ciudad Bolívar.

Plata y plomo

“Carne Rancia” es quizá el traficante más activo del Suroeste. A pesar de estar en la cárcel desde 2017, siguió moviendo los hilos a punta de celular.

En 2021 comenzó a colaborar con las autoridades, entregando información útil para esclarecer lo que ocurre. Según él, las plazas de vicio le dejaban al frente una ganancia semanal de $70 millones, de los cuales $40 millones iban a las arcas del Clan, por ser el “dueño” del territorio.

Esta situación tenía fastidiados a los cabecillas del frente. “Junto con ‘la Erre’ y ‘Sangre’, nos alejamos de los Gaitanistas y trabajamos independientes”, dijo “Carne Rancia”, confirmando la creación de una disidencia.

El motivo no es otro que el dinero. Los grupos ya no solo están instalando plazas de vicio o “fletes” (como ellos les dicen) en las zonas rosas y parques principales, sino que están expandiendo la distribución a las haciendas.

Según el Comité de Cafeteros de Antioquia, en el Suroeste hay 42.572 fincas cafeteras, que representan el 43% del departamento. En los periodos de cosecha (de marzo a mayo y de septiembre a noviembre) reciben a 32.000 recolectores, la mayoría procedentes de otras latitudes del país.

Los jíbaros aprovechan esta cantidad de visitantes, además de los turistas (que pueden ser al menos 20.000 los fines de semana), para vender los estupefacientes por montones.

La pelea por esas ganancias explica las atrocidades perpetradas en el Suroeste desde el año pasado. Las 12 matanzas (de tres víctimas en adelante) han dejado 51 muertos, siete de ellos venezolanos; ocho sucedieron en fincas cafeteras, por lo que cerca del 80% de los occisos son recolectores.

En ese conflicto participan el Clan del Golfo, con base de operaciones en Urrao y Betulia; y la disidencia de “la Erre” y “Carne Rancia”, con presencia en Ciudad Bolívar, Betania, Salgar, Tarso y Pueblorrico.

También hay una fuerte injerencia de “la Oficina del Suroeste” en Andes, Jardín y Támesis. La cabeza visible de este grupo, según la Policía, es Michael Pérez Cadavid (“el Gato”), quien fue capturado en julio de 2020, pero se fugó de un calabozo en Guarne y volvió a la clandestinidad.

“La Oficina del Suroeste” es patrocinada por “la Terraza”, una de las mafias más antiguas de Medellín, la cual apoya combos de pueblos para expandir su red de narcotráfico.

En medio del Clan, la disidencia y este último grupo, hay 15 bandas locales pequeñas, algunas conformadas por familias, que trabajan para unos u otros, haciéndose un espacio a empellones en el mundo del hampa. Entre ellas están “el Preventorio”, “los Guayacanes”, “el Salto”, “los Cardona” y “los Aguilar”.

La disidencia

En marzo de 2021 se volvió a resquebrajar la disidencia, cuando “la Erre” citó a varios mandos medios a una reunión. “Yo les mandé una persona para que escuchara todo, y dijeron que yo estaba haciendo cosas mal hechas y que me tenían que hacer a un lado. A los 15 días llamé a ‘la Erre’ y le dije: ‘si cuadramos, bien, pero no me voy a dejar matar, véngase el problema que se venga”, explicó “Carne Rancia”.

Después de eso, empezaron a aniquilar a varios de sus compinches. “Esas masacres las hacen es contra mí, la cogieron contra mis trabajadores de confianza diciendo que eran sapos, ahora entiendo que era por debilitarme”, agregó en un interrogatorio.

El conflicto ha ido escalando por un intento de retoma del poder por parte de “Siopas”, quien no está dispuesto a perder el Suroeste. Su persecución puso contra las cuerdas a los disidentes, que prefirieron someterse a la justicia antes que ser ejecutados.

“Sangre” fue detenido en La Estrella, el 9 de junio pasado; “La Erre” se entregó en una finca de Marinilla, el 21 de julio; y “Andrés el Resabiado”, su supuesto cabecilla financiero, lo hizo el 18 de agosto en el barrio Manrique de Medellín. Hoy los tres están presos, pero esto no apaciguó la violencia y le pidieron protección a las autoridades, porque temen por sus vidas y las de sus familias.

En palabras de “Carne Rancia”, “la guerra en estos momentos es con los Gaitanistas, y con esos manes de ‘la Oficina’, y entre ‘la Erre’ y yo. Ya cuadré la bandola mía, tengo 93 manes armados y listos”

Matanzas en el suroeste antioqueño

CONTEXTO DE LA NOTICIA

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WILMER GIRALDO QUIROZ
Alias “Siopas”
Según la Policía, inició su carrera ilegal en 1995, como miembro del frente 5° de las Farc. Después pasó al frente 58, del cual desertó en 2008. Hoy, a sus 41 años, es integrante del estado mayor del Clan del Golfo y jefe de su bloque Pacífico.
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ANDRÉS MORALES MARÍN
Alias “Carne Rancia”
Tiene 35 años y ha militado en el bloque Metro de las Auc y en el Clan del Golfo, desde 2008. Fue capturado en 2017 y condenado por concierto para delinquir, pero desde la cárcel siguió administrando plazas de vicio, según su confesión.
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ABELARDO VARGAS B.
Alias “la Erre”
Tiene 41 años y en 2013 salió de la cárcel, tras pagar una condena por concierto para delinquir. Después se unió al frente Suroeste del Clan del Golfo, en el cual militó hasta 2020 en calidad de cabecilla. En julio pasado se entregó a la Fiscalía.
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MICHAEL PÉREZ CADAVID
Alias “el Gato”
Es el presunto cabecilla de “la Oficina del Suroeste”, según la Fiscalía, bajo el patrocinio de “la Terraza”. Fue detenido en 2020, por concierto para delinquir y porte ilegal de armas. Se fugó de prisión y anda libre. Está en el cartel de los más buscados.

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