Por lo menos cuatro ataques de las disidencias de las Farc se han presentado desde la noche del jueves hasta la madrugada del viernes en los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño.
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El más grave de todos se presentó la noche del pasado jueves en inmediaciones del al cantón militar de la Tercera Brigada del Ejército Nacional, en Cali. Para el Ejército Nacional los autores son las disidencias de las Farc.
Fue sobre las 11:00 de la noche cuando un furgón se desplazó hasta el lugar del ataque donde detonó varios cilindros con explosivos elaborados de manera artesanal, según indicó la institución militar.
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El hecho no dejó personas lesionadas o heridas pero sí graves daños materiales en las viviendas aledañas y a un colegio en el que estudian los hijos de los oficiales y suboficiales que residen en el cantón.
“Este sistema artesanal de lanzamiento iba orientado para afectar las casas fiscales de la institución”, señaló el mayor general Erick Rodríguez, comandante del Comando Conjunto N.º 2 Suroccidente.
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Para las autoridades, el carro bomba no solo tenía como objetivo las casas fiscales sino que además iba dirigido a la población civil. El lugar del atentado ha sido acordonado y las autoridades procederán a detonar de manera controlada los cilindros explosivos que no lograron explotar durante el ataque.
Otro de los ataques tuvo lugar en el municipio de Cajibío contra la estación de Policía ubicada en el perímetro urbano de la municipalidad y en la que hay viviendas afectadas.
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En Tumaco, Nariño, un Infante de Marina resultó herido tras la activación de una granada de fragmentación que fue lanzada desde una motocicleta a la sede del Gaula Militar en el sector Prado Mar.
En Jamundí, Valle del Cauca, la Policía de Robles, corregimiento de la población en mención, fue atacada, al parecer con una granada, según confirmaron fuentes militares. El caserío se encuentra sin energía y se presume, como el resto de los atentados, que las disidencias están detrás.
Y el más reciente ocurrió en el municipio de Suárez, también en Cauca, en el que los soldados de la unidad militar que se encuentra en la represa La Salvajina fueron atacados por, al parecer, disidencias de las Farc.
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