POR DANIELA OSORIO ZULUAGA
En lo profundo de la vereda La Chapa, ubicada en El Carmen de Viboral, se encuentra una montaña que comparten otras dos veredas más: La Florida y La Madera.
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Allí, con una idea que data desde 2006, se pretende llevar a cabo un proyecto minero para extraer material de construcción como arenas, gravas y arcillas.
“Si el río hablara marcharía con nosotros”, reza uno de los carteles que se han instalado en el camino que lleva a la montaña, por manifestantes ciudadanos que rechazan el proyecto que, actualmente, se encuentra en proceso de licenciamiento ambiental; justo a un paso de ser aprobada o negada por la autoridad regional Cornare.
Minería sí, pero no ahí
La actual administración municipal y la comunidad de las veredas que se verían afectadas concuerdan en que esa montaña, ubicada a unos 25 minutos del casco urbano, no es la indicada para desarrollar dicho proyecto por una razón simple pero vital: el agua.
A la variedad de fauna y flora que enriquecen el territorio, donde coexisten árboles de más de 200 años y especies como osos perezosos, simios y zarigüeyas, se le suma el nacimiento de, por lo menos, diez fuentes hídricas.
Según Camilo Urrego, secretario de Agricultura y Medio Ambiente local, allí hay una importante zona de recarga hídrica donde están ubicadas cuatro bocatomas encargadas de llevar agua a áreas rurales y urbanas del municipio. Además, “alrededor de seis nacimientos más son aprovechados directamente por grupos de familias”, explicó el alcalde John Fredy Quintero.
El mandatario afirmó que hay una preocupación por el abastecimiento de agua del municipio pues “aunque decimos que El Carmen es rico en agua, tenemos temporadas muy secas donde hay un bajón importante y es inevitable que el proyecto, a largo plazo, cause este tipo de daños”.
Pese a esas afirmaciones, el gerente general de Alfa y Omega, Guillermo Gómez, aseguró que en las 1,5 hectáreas para las que se solicitó la licencia ambiental no hay ningún nacimiento de agua o bocatoma. Agregó que el proyecto “ha realizado estudios juiciosos para identificar las especies que allí habitan y que tanto la comunidad como la Alcaldía podrán hacerle seguimiento a todos los procesos tras declararse como partes interesadas.
Una línea de tiempo
La idea de realizar un proceso de extracción minera en el municipio llegó hace más de 14 años. Leidy Castaño y Efraín Betancur, habitantes de la vereda La Chapa, cuentan que nunca supieron nada del proceso hasta hace aproximadamente tres meses, cuando el mismo está en instancias definitivas.
En 2009 la Gobernación de Antioquia otorgó el título minero para 67 hectáreas, a la empresa Alfa y Omega que lo había solicitado desde 2006. Sin embargo, el asunto había estado en pausa porque los terrenos fueron incluidos en el Distrito Regional de Manejo Integrado (Drmi) desde 2015, lo que impedía aprovechamientos mineros. Posteriormente, en 2018, Cornare accedió a sacar las 67 hectáreas del Drmi, dejándolas habilitadas.
“Eso es, en parte, lo que tiene insatisfecha a la comunidad. El hecho de que primero decidieran proteger el territorio y luego lo sacaran. Además, y esto tiene que quedar claro, seis de los siete lotes que están dentro del permiso de la Gobernación habían sido adquiridos para conservación”, dijo Urrego mientras explicaba la distribución del terreno.
Las hectáreas incluidas en el proyecto minero están repartidas en siete lotes: tres del municipio, que fueron adquiridos en 1998 para protegerlos según explicó Quintero; dos del acueducto municipal La Cimarrona ESP; uno del acueducto veredal de La Chapa y un último perteneciente a un privado.
Alfa y Omega pidió en 2019 la servidumbre al municipio, en un proceso que está en revisión por presuntas irregularidades (Ver: Radiografía). También solicitó la licencia ambiental, que es el último paso para decidir si se realizará, o no, ese proyecto de extracción en el Oriente antioqueño.
¿En qué va la licencia?
Según le explicó a EL COLOMBIANO Oladier Ramírez, secretario general de Cornare, Jorge Humberto Zuluaga, solicitó a nombre de la empresa la revisión de la licencia ambiental el año pasado para un territorio de 1,5 hectáreas en la vereda La Chapa.
A partir de ahí, la entidad inició la evaluación y “verificó que no se contaban con los elementos necesarios para tomar una decisión, por eso se solicitó información geográfica adicional”, dijo Ramírez.
Dicho anexo fue radicado el pasado viernes, por lo que Cornare tendrá 60 días de plazo para revisar el nuevo material y tomar decisiones.
Respecto a los nacimientos hídricos y la variedad de fauna y flora que estaría en riesgo si se aprueba el proyecto, Ramírez manifestó que “la información adicional se solicitó precisamente para detallar esos riesgos, porque no era claro” y aseguró que la entidad operará con objetividad y velando por los intereses y preocupaciones de la comunidad.
Colectivos locales como “Antorcha” y “Movete” han liderado manifestaciones y procesos de veeduría con la intención de que la licencia sea negada, pues, al igual que los carmelitanos, alegan la necesidad de defender el agua y la vida del territorio por encima de intereses económicos.
CONTEXTO DE LA NOTICIA
RADIOGRAFÍA
LOS ENREDOS CON LA SERVIDUMBRE
Para avanzar en el proceso minero, Alfa y Omega solicitó en 2019 la servidumbre de dos lotes a la Alcaldía, en cabeza de Néstor Zuluaga. La actual administración investiga jurídicamente dicho proceso pues, al parecer, pudo haber irregularidades. Según explicó el alcalde John Fredy Quintero, la retribución que recibirá el municipio (un salario mínimo cada seis meses y 200 metros cúbicos mensuales) no parece proporcional a los más de 200.000 metros cúbicos de material que serán extraídos mensualmente. El exalcalde Zuluaga negó cualquier actuación acomodada o ilegal y manifestó que actuó en favor del municipio y entregando la servidumbre en los tiempos que estipula la ley.
