ECUADOR:
Las recientes adquisiciones de empresas como Jiangxi Copper y CMOC en megaproyectos mineros de Ecuador consolidan el avance chino en el sector estratégico del cobre y el oro.
Estas operaciones no son aisladas: responden a una movida geopolítica que busca asegurar recursos clave para la transición energética de China.
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La presencia china en el sector minero ecuatoriano no es nueva, pero al inicio de este 2025 ha dado un salto estratégico.
De las dos mega minas en operación en el país, una —Mirador, en la provincia de Zamora Chinchipe— es dirigida por la empresa china Ecuacorriente S.A., filial del consorcio CRCC-Tongguan, que desde 2019 extrae cobre a gran escala.
Ahora, nuevas inversiones refuerzan esta influencia. En marzo de 2025, la australiana SolGold, a cargo del prometedor proyecto Cascabel (en Imbabura), vendió más de 157 millones de acciones a Jiangxi Copper Company Limited, una de las mayores productoras de cobre de China. Con esta operación, la empresa china pasó a controlar el 12,19% del capital social de SolGold, consolidándose como uno de sus principales accionistas.
Cascabel no es un proyecto menor: se trata de un yacimiento de clase mundial, con una concesión de 50 kilómetros cuadrados que se extenderá por 33 años, y una inversión estimada de $4.200 millones. SolGold calcula que generará más de 1.000 empleos directos una vez entre en operación.
En paralelo, Lumina Gold Corp., la empresa canadiense que lidera el proyecto minero Cangrejos (en El Oro), anunció su venta a CMOC Singapur, subsidiaria del CMOC Group Limited de China. El acuerdo, por $421 millones, le otorga a CMOC el control total de la mina de oro más grande del país, cuyas reservas probables alcanzan 11,6 millones de onzas de oro, 1.400 millones de libras de cobre y 14,4 millones de onzas de plata.
El avance chino en Ecuador responde a una estrategia global. China necesita asegurar el suministro de minerales clave para su industria tecnológica y energética. Según el Servicio Geológico de EE. UU., el gigante asiático ya lidera la refinación global de cobre y otros metales esenciales para la transición energética, como el litio y el cobalto.
Hasta 2024, más de 12 empresas con capital chino tenían participación directa en concesiones mineras en el país, ya sea mediante exploración, operación o acuerdos de inversión. Muchas de ellas, como Jiangxi Copper, Tongling Nonferrous y CRCC-Tongguan, han desarrollado experiencia en países como Perú, Afganistán y Zambia, lo que las convierte en actores experimentados del sector extractivo global.
El interés chino no es solo económico: también es geopolítico. Las inversiones en países en vías de desarrollo, especialmente en América Latina, forman parte de su estrategia de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con la que busca construir nuevas rutas de comercio y cooperación con países estratégicos.
Mientras Ecuador enfrenta cifras bajas de inversión extranjera —la más baja en 14 años durante 2024, según datos oficiales—, el ingreso de capitales chinos representa un salvavidas económico para proyectos que requieren inversiones multimillonarias y años de desarrollo.
Sin embargo, este dominio creciente plantea desafíos. Expertos y organizaciones sociales advierten sobre la necesidad de fortalecer la regulación ambiental, garantizar la transparencia en las concesiones y proteger los derechos de las comunidades locales.
A medida que la minería se posiciona como uno de los pilares económicos del país, el protagonismo chino en Ecuador seguirá creciendo. (JS)