La mujer hizo parte de la planificación de lo que sería un fleteo luego de que la víctima saliera del banco con seis millones de pesos.
Una mujer que laboró durante nueve años como empleada doméstica en la casa de quien luego se convertiría en su víctima, fue condenada por un juez de la República en el circuito de Riohacha a la pena principal de 19 años de cárcel.
Se trata de Yajaira Patricia Palomino Mora, de 41 años, quien por trabajar en la casa de Juan José Palomino Lerma, conocía los movimientos de este maestro de obras que laboraba con una empresa constructora.
Fue por eso que ella se había enterado que en los días siguiente Juan José recibiría una importante suma de dinero para pagar la nómina de los empleados. Esa fecha llegó el 14 de marzo de 2020.
Yajaira Patricia vio cuando el constructor sacó un cheque por 6 millones de pesos y lo guardó en sus bolsillos indicando que iría enseguida a un banco para cambiarlo.
La información fue transmitida de inmediato al grupo que tenía diseñado un operativo delincuencial de fleteo.
Ese grupo estaba conformado por cuatro hombres y cada uno desarrollaba una labor diferente, desde el que debía sacar el arma para amedrentar a la víctima o dispararle si es necesario, pasando por el conductor, proveedor de la moto y el informante de los movimientos de la víctima, en este caso la mujer ahora condenada.
Benjamín Segundo Palomino Mora, hermano de Yajaira, era una especie de ‘campanero’ o ‘marcador’ y fue quien estuvo pendiente de la llegada y salida del banco de la víctima.
Los delincuentes siguieron a su víctima desde que salió del banco y cuando estaban frente a la casa localizada en la carrera 21 #14D-54, y Juan José Palomino se disponía entrar a la residencia, apareció la moto de placa VAH53E de color negro y rojo.
Era propiedad de Adalberto José Arroyo de Arco y la conducía Jorge Luis Pacheco Celedón, y quien se bajó armado para amedrentar a la víctima fue May Joy Mendoza Márquez.
Los dos hombres entraron en un forcejeo y fue cuando el atacante le disparó al maestro de obras dejándolo gravemente herido. Su muerte se produjo posteriormente en una clínica de Riohacha.
El trabajo de los funcionarios de Policía Judicial fue competente y tras poco tiempo se produjeron las primeras capturas de los autores materiales del crimen.
Fue después de las primeras capturas cuando se descubrió todo el entramado que se había conformado para el hurto que terminó con la muerte de Juan José Palomino Lerma.
Con esta decisión judicial, cristalizada gracias a un preacuerdo logrado con la ahora condenada y su abogado, se podría decir que hay justicia, pues los cinco implicados están condenados y en prisión.
