El hombre de 58 años era buscado con una circular azul de Interpol en 196 países. Habría difundido alrededor de 379 imágenes y videos explícitos de abuso sexual infantil en la Dark Web (red oscura) de internet.
En un trayecto que realizaba habitualmente en la vía que de Bogotá conduce a Mesitas del Colegio, en Cundinamarca, Jairo Amaya Ruiz, un hombre de 58 años, fue capturado en una operación en conjunto entre agentes de la Dijín y la Fiscalía el pasado 9 de mayo tras ser requerido por la Interpol.
El hombre que las autoridades habían logrado capturar es conocido como el “Monstruo del Tequendama”, quien era buscado con circular azul de la Interpol en 196 países por los delitos de acceso carnal abusivo y acto sexual con menor de 14 años, y pornografía de menores, por su presunta participación en el abuso sexual de menores y de al menos tres niños que hacían parte de su núcleo familiar.
De acuerdo con las autoridades, Amaya habría difundido alrededor de 379 imágenes y videos explícitos de abuso sexual infantil en la Dark Web (red oscura) de internet, en las que incluso aparecía él mismo cometiendo actos de violencia contra menores.
Según información a la que el diario El Tiempo tuvo acceso, el hombre, un pensionado de una fábrica de cartón, contactaba a los menores desde 2021 y los llevaba a una cabaña de su propiedad, ubica en Tequendama, y allí les realizaba toda clase de vejámenes, de ahí que fuera identificado como el “Monstruo del Tequendama”.
Las investigaciones revelaron que Amaya coaccionaba a las víctimas con regalos como teléfonos celulares, dinero y paseos, para silenciar sus actos y evitar que los menores informaran a sus familias.
La búsqueda y posterior captura del pedófilo se dio luego de que la Oficina de Centrales Nacionales (OCN) de la Interpol Bogotá recibiera una alerta e información desde Washington, Estados Unidos, acerca de “la existencia de material digital con contenido de abuso sexual de menores en la Dark Web”, razón por la cual el hombre era buscado en 196 países.
Ese contenido llegaba a diversos países, incluyendo Estados Unidos, donde era compartido en grupos y redes sociales frecuentados por pedófilos.
Tras la captura en la vía entre Bogotá y Mesitas del Colegio, también se ejecutó una orden de allanamiento a la vivienda donde Amaya residía, esto al sur de Bogotá. Allí las autoridades incautaron un disco duro y tres teléfonos celulares, los cuales son objeto de análisis forense digital con el fin de obtener más evidencias e identificar a posibles víctimas.
También, las autoridades buscan establecer si “existía la complicidad o complacencia de terceras personas en hechos reprochables”, indicó el director de Investigación Criminal e Interpol, coronel Edwin Masleider Urrego.
En medio de la operación, las autoridades lograron el rescata de las tres víctimas que serían de su núcleo familiar. Tras el restablecimiento de sus derechos, las menores fueron dejadas bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).
Amaya fue presentado ante un juez de Control de Garantías en una audiencia virtual, en la que se legalizó su captura y el allanamiento a su residencia. La Fiscalía le imputó cargos y el juez lo envió a prisión mientras avanza su proceso.