Un alarmante caso de hurto quedó registrado en cámaras de seguridad del barrio La Fragua, ubicado en la localidad de Antonio Nariño, al sur de Bogotá, el pasado 6 de enero. El incidente tomó un giro sorprendente cuando se descubrió la presunta implicación de un uniformado de la Policía en el acto delictivo.
Las impactantes imágenes capturadas por las cámaras de seguridad revelan a un joven caminando tranquilamente por una de las cuadras del barrio, cuando de repente, dos individuos a bordo de una motocicleta se aproximan rápidamente. En cuestión de segundos, el conductor embiste al peatón, mientras su cómplice desciende y lo derriba al suelo.
Los asaltantes intentan despojar al joven de sus pertenencias, pero la víctima, valientemente, se defiende, forcejeando con uno de los delincuentes. Este último le propina patadas y puñetazos, amenazándolo con un arma. La situación, marcada por los desesperados gritos del joven, llama la atención de los vecinos, quienes salen de sus viviendas para socorrerlo.
La respuesta de la comunidad fue rápida y decisiva. Lograron que los delincuentes cayeran de la motocicleta, evitando así la consumación del robo. Los dos agresores fueron retenidos por los vecinos hasta la llegada de la Policía.
Uniformados de la Policía de Bogotá se presentaron en el lugar varios minutos después, logrando la captura de los dos individuos. Sin embargo, la sorpresa mayor llegó cuando se identificó a uno de los detenidos como un auxiliar de la Policía Metropolitana, quien, según las investigaciones preliminares, habría obtenido un permiso por calamidad familiar.
El coronel Juan Carlos Arévalo Rodríguez, comandante operativo de la Policía de Bogotá, informó al respecto: «Se logró establecer que corresponde a un auxiliar de Policía y a quien se le había concedido un permiso por calamidad familiar. Se aperturó la investigación interna correspondiente para determinar las circunstancias de tiempo, modo y lugar del hecho.»
Actualmente, las autoridades están llevando a cabo investigaciones exhaustivas para esclarecer el incidente y garantizar que los dos individuos involucrados, incluido el policía, respondan ante la justicia por el delito de intento de hurto. Este sorprendente caso plantea preguntas sobre la integridad y la conducta de los uniformados, subrayando la importancia de investigaciones rigurosas y transparentes en situaciones que involucran a miembros de las fuerzas del orden.