POR LAURA TAMAYO GOYENECHE |
El preparado contra la covid-19 que llegará al país es seguro y eficaz. Le explicamos cómo funciona.
Margaret Keenan y William Shakespeare fueron los ciudadanos británicos que pasaron a la historia este 8 de diciembre por ser los primeros vacunados contra la covid-19 en la campaña masiva de inmunización que emprendió Reino Unido. Recibieron el preparado (BNT162b2) desarrollado por la farmacéutica estadounidense Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech, conocido también por ser inédito en el método que utiliza: ARN mensajero.
Al día siguiente de la alentadora noticia, el Servicio Nacional de Salud del país británico informó que las personas con un historial de reacciones alérgicas significativas no debían recibir la vacuna. Esto después de que dos miembros del personal médico que fueron vacunados tuvieran anafilaxia, una reacción alérgica que produce náuseas, dificultad para respirar, entre otros síntomas, según informó el diario The Guardian.
Los británicos no son los únicos que están en ese proceso: el 5 de diciembre Rusia empezó su campaña de vacunación en 70 puntos de Moscú. Según informó la prensa internacional, cerca de 5.000 personas se aplicaron la Sputnik V, llamada así por el primer satélite espacial soviético lanzado en 1957. Esta utiliza un método basado en vectores adenovirales, que son vehículos para introducir material genético de otro virus en la célula, se lee en el sitio web de la vacuna.
Todavía no se sabe si la Sputnik V se aplicará en el país; sin embargo, el pasado 25 de noviembre, Colombia aseguró 10 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech por medio de una resolución del Ministerio de Hacienda. También el ministro de Salud, Fernando Ruiz, anunció que su meta es iniciar la inmunización en territorio colombiano en el primer semestre de 2021. Consultamos a dos investigadores nacionales y dos internacionales y esto fue lo que encontramos sobre el funcionamiento y la seguridad del antídoto.
David Bautista, magíster en Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias de la Universidad de Antioquia, y asistente de investigación de esta institución, dice que para entender cómo funciona el método de ARN mensajero y evitar confusión vale la pena recordar qué es el ADN y qué es el ARN. Como volver al colegio, a esas clases de biología.
“El ADN es una molécula que guarda información y tiene un código que son las instrucciones para producir proteínas. Las proteínas son otro tipo de molécula muy importante que permite que la célula ejecute diferentes funciones como alimentarse, respirar, dividirse, moverse, liberar desechos, entre otras. Para producir esas proteínas hay pasos y el primero es copiar ese código del ADN al ARN. Y el ARN mensajero es eso: un mensaje con instrucciones para que se genere la proteína”, explica el investigador.
Las vacunas convencionales son como una “forma de engañar al cuerpo”, continúa Bautista, porque es mostrarle un patógeno nuevo de forma atenuada para que el sistema inmune aprenda a reconocerlo y pueda defenderse la próxima vez.
En el caso de la vacuna de ARN mensajero, la de Pfizer-BioNTech y Moderna, no se inyecta el virus completo al cuerpo, sino que se le suministra el mensaje (ARN mensajero) a la célula con la instrucción de que produzca una de las 29 proteínas que constituyen el Sars-CoV-2. ¿Cuál? La conocida como “Spike” o espícula viral, que se expresa en la superficie del virus y se aprecia como una “corona”, de la que tanto se ha hablado. La proteína “Spike” es la que se encarga de unir el virus con la célula humana y generar la infección y también es un antígeno porque es capaz de despertar al sistema inmune.
Gustavo Gámez, profesor de la Escuela de Microbiología de la Universidad de Antioquia, resume ese proceso: “Lo que se hace con las vacunas de ARN mensajero es enviarle un mensaje preciso a las células del humano para prevenirlas de un presunto ataque por parte de un patógeno como el coronavirus, a través de la producción por el mismo humano del factor que le confiere su virulencia, la proteína Spike”.
Cuando esta proteína se produce en el humano aparecen otras células conocidas como presentadoras de antígeno, explica Dámaris Intriago, magíster en medicina molecular graduada del Imperial College de Londres y docente de la maestría en Biomedicina de la Universidad Internacional SEK del Ecuador. “Ellas son como patrulleras que van por todo el cuerpo y, cuando encuentran ese antígeno nuevo, llaman a los directores de orquesta del sistema inmunológico, otras células llamadas linfocitos T cooperadores. Esas células activan la producción de células B (que producen anticuerpos) y las células T (que pueden eliminar células infectadas o tóxicas)”, indica Intriago.
¿Y qué pasa después de que una persona recibe las dos dosis que requiere la vacuna de Pfizer-BioNTech para tener el 95 % de eficacia? El bioquímico Rob Swanda, investigador y candidato a PhD en la Universidad Cornell, en Nueva York, enfatiza que el cuerpo es entrenado para reconocer el antígeno que representa la proteína “Spike”. Así, cuando una persona vacunada entra en contacto con el verdadero Sars-CoV-2, el cuerpo es capaz de generar la respuesta inmune que evita que se genere la infección.
Aunque esta fue una vacuna desarrollada en 11 meses y es la primera vez que se utilizará el método de ARN mensajero en una campaña de inmunización, esta es una tecnología que se está investigando desde los años 90, afirma Swanda. Sin embargo, es la primera vez que una vacuna hecha de esta forma recibe permiso de las autoridades regulatorias de los países.
El profesor Gustavo Gámez explica que los investigadores de BioNTech consiguieron desarrollar esta vacuna en tiempo récord porque tienen una amplia experiencia trabajando con la tecnología de ARN mensajero y solo necesitaron que se publicara en enero la primera secuencia del genoma del Sars-CoV-2 para ir directamente a copiar el mensaje de la proteína “Spike”. Es decir, se trató de un trabajo bioinformático muy audaz, que permitió generar el mensaje sintético sin tener que entrar en contacto con el virus. Entonces, en realidad durante el 90 % de estos once meses, los desarrolladores se la han pasado es estudiando la seguridad, la dosis y la efectividad de esta vacuna en humanos”, dice.
“Es posible que en un grupo muy reducido de personas se puedan generar unas respuestas alérgicas —continúa el profesor—, pero más por características intrínsecas individuales que por un efecto adverso generalizado causado por la vacuna en los humanos”.
Por su parte, la bióloga Dámaris señala que los ensayos clínicos de fase 3 de Pfizer-BioNTech se hicieron en 40.000 voluntarios de diferentes países, grupos de edad y etnias, y la metodología y resultados de los estudios se han hecho públicos a la comunidad científica internacional.
Los cuatro investigadores (Bautista, Gámez, Intriago y Swanda) apuntan que, al menos desde el punto de vista metodológico sobre cómo funciona la vacuna, no hay que temer por su nivel de seguridad (Ver Para saber más). Hay otras preocupaciones como la cadena de congelamiento que debe mantener el preparado para que funcione (-80 grados centígrados), cuánto tiempo se sostendrá la inmunidad generada y qué mostrará la fase cuatro de seguimiento y farmacovigilancia de la vacuna.
La Organización Mundial de la Salud y el Presidente Iván Duque han dicho que de ninguna manera la aplicación de la vacuna será obligatoria. Es una decisión libre y voluntaria acudir a un centro de vacunación cuando el preparado esté disponible en el país.
Sin embargo, como dijo el infectólogo Carlos Eduardo Pérez en su canal educativo InfectoWeb: “Lo más fuerte que viene ahora es convencer a la gente de que si no nos vacunamos esto no se soluciona. Entre más nos vacunemos, mayor probabilidad habrá de tener inmunidad de rebaño”.