ARGENTINA:
Al inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso, volvió a criticar «el modelo de la casta», a políticos, empresarios, sindicalistas y periodistas.
Pero invitó a los gobernadores a suscribir un acuerdo de diez políticas de Estado, para el 25 de Mayo.
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El presidente Javier Milei inauguró en la noche del viernes las 142 sesiones ordinarias del Congreso con un diagnóstico lapidario sobre el estado de la Nación en el que intercaló una extensa diatriba contra el Estado y el sistema político con una convocatoria amplia para plasmar un consenso de 10 acuerdos básicos refundacionales.
En el primer tramo cargó contra dirigentes opositores, sindicalistas, movimientos sociales empresarios, gobernadores y periodistas a los que denominó «el modelo de la casta». Hacia el final invitó a ex presidentes, líderes políticos y a los 24 gobernadores a la firma del Pacto de Mayo -un acuerdo de 10 políticas de Estado- el 25 de mayo en Córdoba. El mismo quedará sujeto a la aprobación de la Ley de Bases y de un nuevo pacto fiscal.
La convocatoria para sellar consensos -que incluye, entre otras propuestas, la inviolabilidad de la propiedad privada, una reforma tributaria, la reforma laboral, del sistema previsional con la opción de un régimen privado- llegó al final de la exposición de 75 minutos y después de confrontar con todos los actores del sistema político. Milei anticipó que citará a los 24 mandatarios provinciales a una reunión preparatoria en la Casa Rosada. “Avanzaremos a través de la ley o por decretos”, advirtió de todos modos. Los principales referentes del PRO celebraron la invitación.
El jefe de Estado repartió el tiempo de su intervención entre un balance de la herencia recibida (a la que describió como “la peor de la historia”), propuestas en materia de seguridad, el anuncio del cierre de la agencia de noticias Télam, el envío de un paquete de leyes anticasta y la defensa del rumbo económico y de la gestión.
“Los últimos 20 años han sido una orgía de gasto público”, sentenció el mandatario en el inicio de su discurso, más extenso de lo que se esperaba. Remarcó además el crecimiento de la pobreza, «cercano al 60 por ciento», en sus palabras.
El encono presidencial tuvo en diferentes pasajes destinatarios con nombre y apellido. Milei denominó como los “jinetes del fracaso” a Sergio Massa, Juan Grabois, Pablo Moyano y Máximo Kirchner y calificó el gobierno de Cristina Kirchner como “el peor de la historia”. También aludió a las denuncias por los intermediarios en la empresas de Seguros de Banco Nación que involucran a Alberto Fernández y a la causa que empujó el ex gobernador de Jujuy Gerardo Morales contra tuiteros en su provincia. “Ofende el silencio de los que se dicen republicanos”, sostuvo.
“Ante los obstáculos, no vamos a a dar marcha atrás, vamos a seguir acelerando. No vamos a negociar el cambio (…) Si lo que buscan es el conflicto, conflicto tendrán”, advirtió el mandatario que fue interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos de sus legisladores y de militantes y dirigentes oficialistas que coparon los palcos del Congreso. “Tiene miedo, la casta tiene miedo”, cantaban los libertarios en un auditorio donde se contaban los 4 jueces de la Corte Suprema, toda la plana del Gabinete y autoridades eclesiásticas.
Con la convocatoria a la firma de un pacto que imagina histórico, el Presidente busca un acuerdo con los dirigentes políticos con los que confrontó en su exposición y de manera periódica en las redes sociales. “La ley de bases fue manoseada y rechazada por la política que no quiere cambiar”, describió el mandatario que también cargó contra los gobernadores que “solo quieren asegurarse su caja”.
Milei aludió a las auditoría de la sindicatura general de la Nación sobre 114 dependencias oficiales. “El Estado no controla, está diseñado para generar un kiosco en cada lugar donde sea posible para beneficio del burócrata de turno», insistió para justificar los recortes de la administración pública.
El Presidente repasó los primeros 82 días de su administración y celebró la tarea de Patricia Bullrich en Seguridad, la reducción de 5 puntos del PBI, la eliminación de planes sociales y se refirió al superávit fiscal y primario que consiguió en enero. “Si bien ha habido licuación. Ha habido mucho más de motosierra: todo para la política. Es un ajuste que se ha hecho sobre el sector público y no como se hizo siempre sobre el privado”, consignó entre aplausos y luego de advertir que el cambio no puede ser de un día para el otro.
En un espejo de la tradición estadounidense, Milei busco imprimirle a su discurso su sello disruptivo y habló por primera vez a las 21 -en el prime time televisivo 9 horas más tarde de los que acostumbraban sus antecesores- y desde un atril, en lugar de ocupar el estrado de la presidencia de la Cámara de Diputados que ocuparon .
Por primera vez y obligado por mandato constitucional, Milei se dirigió a la Asamblea Legislativa dentro del recinto, un detalle que obvió el día de su asunción cuando prefirió hablar en las escalinatas del Congreso.
El Presidente habló en un Palacio Legislativo blindado por un operativo de seguridad que incluyó tres anillos en el que se repartieron agentes 4 fuerzas federales y de la policía de la Ciudad para contener lo que finalmente fue una exigua manifestación de militantes de izquierda.
El jefe de Estado terminó de darle forma al discurso este mismo viernes, en Olivos, donde permaneció toda la jornada junto a los dos vértices de su mesa chica: Santiago Caputo y la secretaria general de Presidencia Karina Milei.
El mandatario hizo una breve escala en la Casa Rosada antes de llegar al Palacio Legislativo. La vicepresidenta Victoria Villarruel -en su carácter de presidenta lo recibió con un extenso abrazo con el que intentó desacreditar las versiones de que -a pesar de la voluntad de Villalrruel- no hay diálogo político entre ambos.