ARGENTINA:
Defendieron el precio local, al tiempo que admitieron que en el país la ropa se consigue más cara que en el exterior; temen que la reactivación aumente más a las ventas de productos importados.
“Estamos orgullosos del precio de la ropa”, dijo Jorge Sorabilla, director institucional de Tn Platex, la empresa de Teddy Karagozian. Se reconocen como los “malos de la película” porque admiten que la ropa en la Argentina es cara, pero no se sienten responsables.
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Muestran números que reflejan que sus aumentos estuvieron por debajo del nivel promedio de la inflación. Sin embargo, otras cifras, como la relevada por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), indican que la indumentaria “se paga un 35% más que en el exterior”, en promedio. En consecuencia, y ante medidas de apertura comercial, la fundación ProTejer advirtió que la recuperación del poder adquisitivo beneficiará más a los importados que a la producción local.
El Gobierno comenzó a hablar del “fin de la recesión”. El Indec midió que la actividad de la construcción durante septiembre aumentó 2,4% en la comparación con el mes previo. Por su parte, la industria manufacturera también experimentó una suba mensual del 2,6% (mañana se conocerá el EMAE de ese mes). Y, a su vez, según el último dato oficial sobre los salarios, que es de septiembre, los sueldos aumentaron 119,2% durante los primeros nueve meses del año, mientras que la inflación acumuló 101,6% en el mismo período.
Pero por otro lado, el presidente de la fundación ProTejer, Luciano Galfione, habló de “señales débiles” de recuperación en el sector. Según expresó, tradicionalmente “la gente con lo que gana compra comida y después ropa”, aunque ahora observó que hay un cambio en la matriz del gasto, es decir a qué destina sus ingresos una familia, y la indumentaria parecería quedar relegada en ese reordenamiento.
El empresario celebró la estabilización económica con la desaceleración inflacionaria, pero advirtió que la reactivación puede traer un “aumento de ventas que no redunde en más producción, sino en un mayor volumen de importados”.
Los representantes del sector textil coinciden en que “2025 va a ser mejor que 2024″. Sin embargo, expresaron dudas sobre el alcance del rebote que esperan. Sorabilla sostuvo que durante el año se llegó a tener una capacidad instalada ociosa superior al 50% y actualmente bajó a 44%. Es decir, en promedio las fábricas de ropa utilizan el 36% de sus recursos. Manifestó que para que haya rentabilidad positiva ese número debería trepar al 75% y eso depende del nivel de ventas.
En este punto asoma una paradoja. Si bien los números de ProTejer reflejan que el incremento del precio de la ropa se mantuvo por debajo del promedio general de la inflación durante las gestiones de Mauricio Macri, Alberto Fernández y lo que va de Javier Milei, admiten que comprar indumentaria en el país es cara.
“¿Por qué se vende siete veces más cara en Argentina que en Brasil (una remera)?”, cuestionó Galfione. De esta manera, introdujo la crítica habitual del sector que está vinculada al concepto de “competitividad sistémica”. Y afirmó: ”Más del 80% de lo que pagamos por una prenda en un shopping nada tiene que ver con la producción industrial. Y ese 80% lo explican los impuestos, las tasas de interés, las comisiones de los bancos, los alquileres, las billeteras virtuales. Esta es la causa por la cual abrir importaciones no soluciona el problema de los precios”, afirmó.
Así como esta semana lo realizó la Unión Industrial Argentina (UIA), los textiles también reclamaron una baja de impuestos para “nivelar la cancha” en su competencia contra la ropa importada. Entonces, mencionaron algunos tributos nacionales puntuales: débitos y créditos (impuesto al cheque), Ganancias e IVA.