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Antioquia quiere devolverles la edad dorada a sus plazas

JUAN FELIPE ZULETA VALENCIA
El departamento adelanta la transformación de 36 plazas públicas. Los comerciantes se debaten entre la incertidumbre y la esperanza.

TOMADA DE:https://www.elcolombiano.com/

Archivo:ElColombiano.svg - Wikipedia, la enciclopedia libre

Darío Chaverra extraña los días de los racimos y los bultos por doquier adornando la plaza. El olor dulzón de las frutas y el rastro de aroma a tierra de las verduras llegadas del Oriente antioqueño, el Valle el Cauca y el centro del país. Todo un universo de alimentos en un rango de 2.000 metros cuadrados a disposición de clientes de todos los estratos.

Durante 42 años ocupó un lugar en la plaza de mercado de Envigado. Darío es un eslabón de cuatro generaciones de su familia que garantizaron siempre que todo aquel que se acercara a su negocio se llevara a casa las frutas y verduras más frescas, en jornadas que empezaban a las cuatro y media de la mañana hasta pasadas las seis de la tarde.

Pero hoy el local que Darío heredó de su padre no existe y él, acomodado en otro espacio, desgrana los días que faltan para volver a la plaza que cerró sus puertas hace cuatro meses para reabrir en abril de 2023 plenamente renovada.

Como Darío, los placeros de 36 municipios afrontan un proceso de cambio. En algunos municipios como Envigado, La Ceja, San Vicente Ferrer, Bello, El Santuario y Turbo viven ya el desacomodo temporal mientras las plazas que habitaban avanzan hacia la modernización y reconstrucción.

En otras localidades esa mudanza y reacomodo apenas toma forma. La salida provisional de las plazas pondrá a cientos de comerciantes en una situación económica compleja. Darío, por ejemplo, vio una disminución del 40% en sus ventas. El gran interrogante de los placeros es si tendrán el aguante para subsistir fuera de esos entornos donde prosperaron. Eso los atemoriza. Pero también hay consenso en que la transformación de las plazas era necesaria para que estos circuitos de economía local tuviesen un futuro viable, y eso los esperanza.

La nueva generación

La Gobernación de Antioquia lidera desde hace dos años la más grande transformación de estos sitios tradicionales con el proyecto de Red de Plazas Públicas.

El objetivo, según explica la secretaria de Productividad y Competitividad de Antioquia, Daniela Trejo, va más allá de modernizar y reconstruir las plazas existentes.

La nueva generación de plazas de mercados –detalla Trejo– busca modelos administrativos eficientes, formalización laboral, desarrollo tecnológico e innovación y un abastecimiento alimentario más inclusivo y competitivo.

Esto debe traducirse en infraestructura con conectividad, red bancaria, zona de ocio y gastronómica; espacios para la transformación de productos; cooperación internacional para el desarrollo de proyectos, fortalecimiento de los circuitos de comercialización para que los comerciantes puedan vender sus productos directamente a grandes superficies como el Éxito.

Un total de 36 municipios alzaron la mano para integrar el proyecto. Algunos tenían incluso recursos para ejecutarlo. Así que la Gobernación se fue a los territorios para entender mejor la vocación productiva y el espíritu mismo de cada plaza. El investigador Jesús Martín Barbero dijo una vez que si alguien quería conocer el alma de un pueblo, debía visitar primero las plazas de mercado y los cementerios.

Y lo que dice Trejo que encontraron en esa correría fue una rica experiencia empírica para la incubación de nuevos negocios y un potencial turístico enorme. Pero también identificaron la necesidad de un modelo de negocio que ninguno de los 36 municipios tenía. Encontraron situaciones tan pintorescas como gente viviendo en plazas y prósperos negocios que pagaban $20.000 de arriendo a pesar de facturar millones.

Lo que se propuso la Gobernación, explica la secretaria, fue montar modelo de negocios para cada municipio. Actualmente van 10 en este proceso que, sin restarle autonomía a las alcaldías o cooperativas, les permitirá garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

El gran reto que tienen entre manos es que en esta transición los placeros de toda la vida no terminen perjudicados.

Según Trejo, en términos generales, los alcaldes han hecho una tarea correcta y hasta ahora no tienen reportes de grandes fracturas sociales y económicas entre los comerciantes de las 36 plazas.

Sin embargo, en los municipios que integran el proyecto hay experiencias dispares. En Bello, cuyo proceso ha sido tortuoso desde el fallido desalojo de 2018, entre los 104 comerciantes apostados en módulos estrechos y sometidos a los vaivenes del clima, miran con escepticismo hacia el lote vacío donde antes quedaba la plaza y donde, a juzgar por el estadio del sitio, no estará lista la nueva en mayo de 2023, como lo había asegurado la administración.

En contraste, el proceso en La Ceja, según los comerciantes, ha sido tranquilizador. “Nos reunieron para preguntarnos cómo nos soñábamos la nueva plaza. Creo que fuimos escuchados”, dice Ramiro Morales.

La plaza de La Ceja fue la primera de esta nueva red en iniciar obras, en marzo pasado. Mientras avanza, Ramiro y sus compañeros vigilan con entusiasmo la construcción confiados en que las más de 3.000 personas que de una u otra forma dan vida a la plaza tendrán cabida nuevamente.

“No es solo buscar un espacio para los comerciantes, que en este caso han sido espacios dignos, sino pensar en transportadores, domiciliarios y vecinos que dependen de algún modo de la plaza. Creo que han cumplido”, apunta.

Darío también opta por el entusiasmo, pero no oculta la convicción de que varios de sus 73 tradicionales compañeros no alcanzarán a sortear las vicisitudes económicas en estos 10 meses que faltan para la entrega de la nueva plaza de Envigado.

César Augusto Simbaqueba, director ejecutivo de Asoplazas (que agremia a la de La Ceja y a las cuatro plazas de Medellín), dice que nadie en el sector reniega del cambio, pero que el éxito del mismo depende, estrictamente, de respetar los modelos sociales y comunitarios que han arrojado resultados durante décadas.

Mientras el departamento se mete de lleno a la transformación de su circuito de plazas, en Medellín se adelanta un proyecto de decreto para modernizar las suyas.

En ambos escenarios, a juicio de Simbaqueba, será crucial darle continuidad a la gestión cooperativa que, en el caso de las plazas de Medellín, las ha mantenido vigentes en los últimos 25 años.

“La infraestructura es importante, pero hay un reto y es cómo se transforma esta sin afectar los otros componentes que conforman una plaza: lo social, lo ambiental y los modelos administrativos con eficiencia comprobada”.

Si todo sale bien, en 2023 el departamento estrenará una red de plazas modernas, con el espíritu de los mejores años.

CONTEXTO DE LA NOTICIA
PARÉNTESIS
¿DE DÓNDE SALE LA PLATA?

La Gobernación ha puesto $17.080 millones en estructuración de proyectos, diagnóstico, asistencia técnica e inversión de obras. El Gobierno Nacional ha puesto $13.582 millones en inversión de obra y otros aliados privados han invertido $950 millones en planes de negocio. Además de los citados municipios en obra, hay 10 con modelos de negocio y 24 en fase de diagnóstico.

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