Estos animales tienen una alta representación en el departamento con al menos unas 8.010 especies y no representan mala suerte o eventos catastróficos.
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El Magdalena cuenta con una alta representación de especies de aves rapaces que pertenecen al grupo de los estrígidos que incluye al menos a 8.010 aves como búhos y las lechuzas.
Entre ellas se encuentra el Autillo de Santa Marta endémico en la región que vive en altitudes superiores a los 1.800 metros por lo que no es común en las áreas bajas. También, existen tres ejemplares que son más comunes en las áreas urbanas como la Lechuza de Campanario, el Currucutú, el Búho Pigmeo, entre otros.
Estas especies tienden a dormir la mayor parte del día y salen a cazar durante la noche, hábito que las ayuda a conseguir mejores presas y a cazar con mayor efectividad, sin embargo, por sus llamados causan miedo a algunas personas y sufren de maltrato debido a supersticiones y creencias, siendo catalogadas como aves de mal agüero, por eso muchas son golpeadas y apedreadas, llevándolas a la muerte o dañando sus alas.
Es por ello que la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), invita a respetar la especie, pues, cumplen un rol importante en los ecosistemas, como controladoras de plagas, como ratones, ratas e insectos.
Walberto Naranjo, Coordinador del Centro De Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre de Corpamag, dijo que cuando una persona se encuentre con un búho o una lechuza cerca de su vivienda, debe tener en cuenta que son especies nocturnas, se deben dejar tranquilas ya que no representan ningún riesgo para el ser humano.
“No hay que agredirlas o ahuyentarlas por creer que representan problemas con la muerte o con las brujas, lo que podemos hacer es admirarlas por su belleza y recordar que prestan una función ecológica supremamente importante en los ecosistemas”, expresó.