POR NELSON MATTA COLORADO Y DANIELA OSORIO ZULUAGA
Con una inversión de $674 millones, la Alcaldía de Medellín instaló 690 cicloparqueaderos nuevos en la ciudad con el propósito de promover el uso de bicicletas como medio de transporte alternativo.
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Según la secretaria de Infraestructura Física, Natalia Urrego Arias, se intervinieron 112 espacios cerca a los parques, canchas, colegios y zonas de estacionamiento regulado de 10 comunas y tres corregimientos.
En un comunicado, la Secretaría destacó que para levantar los cicloparqueaderos “fue necesaria la demolición y construcción de pisos, así como la instalación de señalización vertical. Estas infraestructuras son livianas y se adaptan fácilmente a las condiciones de los espacios como parte del mobiliario urbano” y, además, se generaron 12 empleos.
Su ubicación, la clave
Respecto a esta dotación, Sebastián Mattos, promotor del uso de la bicicleta en Antioquia, rescata el hecho de que se haya pensado en la señalética y recuerda que el tema de la seguridad es clave para que la estrategia llegue a ser exitosa.
“No es solo ubicar los biciparqueaderos, sino generar todos los elementos necesarios para que lo vean como un lugar seguro. Que no sea como ha pasado en otras ocasiones donde estos espacios se convierten en un foco de inseguridad”, explicó Mattos, mientras recordó que muchos “amigos de lo ajeno” aprovechan estos espacios para el hurto.
En esto concuerda Mauricio Mesa, coordinador del Colectivo Siclas, quien además enfatiza en la importancia de este tipo de parqueaderos para que el ciclismo urbano funcione y en la necesidad de que estén bien ubicados.
“Generalmente uno no va de un punto A a un punto B, necesita parar, hacer cosas y tener un espacio donde se pueda dejar con tranquilidad la bici. La verdad es que yo, como ciclista, no tengo una buena experiencia con la ubicación de los cicloparqueaderos porque generalmente son ubicados por personas que no usan bicicleta”, dice Mesa. Mencionó que en muchas ocasiones son ubicados en lugares alejados y solitarios “para que no estorben”, donde, además de ser vulnerables a robos, no son fáciles de ubicar visualmente por los usuarios.
“Aquí también hay una invitación a los ciclistas, es nuestra responsabilidad comprar buenos candados, porque los candados baratos nos dejan sin bicicleta”.
La secretaria Urrego añadió que “en la medida en que los ciclistas tengan zonas seguras para desplazarse y para dejar su bicicleta, más gente se animará a emplear este medio de transporte, lo que nos ayuda a estar saludables y a promover el cuidado del medio ambiente”.