¿Qué está pasando en Jardín, Antioquia? Dos homicidios sacudieron al municipio

FOTO: JULIO CESAR HERRERA

Un barbero y un mototaxista fueron acribillados sembrando temor entre la población.

El municipio de Jardín suele mencionarse en noticias positivas sobre reconocimientos internacionales por ser un apetecido destino turístico, por su belleza arquitectónica, sus atractivos naturales, en fin, pero pocas veces sale como epicentro de hechos violentos.

Sin embargo, la paz del pueblo del Suroeste antioqueño se sacudió esta semana por cuenta de dos brutales homicidios que tienen a la población atemorizada.

El primero ocurrió el domingo 14 de diciembre, la víctima fue un joven barbero que trabajaba en un local ubicado sobre la carrera séptima, entre calles 9 y 10, en el sector conocido como El Parqueadero. El joven recibió varios disparos y falleció en el lugar. Y mientras la población todavía estaba consternada por este hecho, este martes 16 de diciembre ocurrió otro homicidio a plena luz del día en vía pública.

TOMADA DE: elcolombiano.com

Archivo:ElColombiano.svg - Wikipedia, la enciclopedia libre

La víctima fue Juan Camilo Ramírez Lotero, un reconocido mototaxista conocido como “Chicle”, quien fue acribillado en la vereda El Verdún al interior de su propio vehículo. El hombre de 39 años fue atacado a quemarropa y el cuerpo tenía dos heridas de arma de fuego en su cabeza.

Aunque ambos crímenes están bajo investigación, es necesario tener presente el contexto que vive el otrora tranquilo y pacífico pueblo del Suroeste. Según el reciente informe de Derechos Humanos en el Suroeste presentado por varias organizaciones hace apenas unas semanas, se señala que tanto Jardín como Andes padecen la crisis humanitaria más compleja de toda la región. Detrás de esto hay una crítica confrontación entre ilegales que ha puesto en medio a la población civil.

Según el informe, en la provincia de San Juan (integrada por Andes, Betania, Ciudad Bolívar, Hispania y Jardín), existe una avanzada frente Edwin Román Vásquez del Clan del Golfo hacia el fortín que construyó La Terraza – San Pablo en ese enclave cuyo epicentro está entre Andes y Jardín.

Sin lugar a duda, la situación humanitaria en materia de violación de derechos humanos más compleja de la provincia, y tal vez en todo el Suroeste, la están viviendo los municipios de Andes y Jardín: solo en homicidios este año han triplicado el número en comparación con los presentados durante todo el 2024 en ambos municipios. Desde hace más de una década, la actual llamada “Oficina del Valle de Aburrá” ha fortalecido su presencia entre Andes y Jardín como punto de avanzada hacia el resto de los municipios del denominado Suroeste lejano. Cooptando estructuras locales lograron establecer una fuerte organización local satélite denominada “La Oficina de Andes”, señala el informe.

En ese panorama, lo que busca el Clan del Golfo es someter a todas las estructuras armadas ilegales que no le sean afines y, en la actualidad, su principal reto es dicha estructura del municipio de Andes. Por ello, este año se han documentado casos en los que hombres con camuflado y armas largas patrullan incluso en zonas céntricas de estas localidades, como ocurrió el 10 de marzo en Andes, cuando hicieron una “parada militar”, en pleno parque.

La confrontación se ha tornado más cruenta en las veredas limítrofes entre Andes y los municipios de Pueblo Rico, Hispania y Betania, como son San José, El Barcino, Mulato, Mulatico y los corregimientos de Tapartó y La Libia en Hispania, separados por el río San Juan. Otros territorios rurales bastante golpeados por esta disputa en Andes y Jardín, son el resguardo indígena de Karmata Rúa, ubicado entre los dos municipios y que evidencia todas las problemáticas de derechos humanos que se ven en esta jurisdicción, pero con un impacto diferencial. Esto también sucede en el área de expansión del resguardo, en Santa Inés, Andes.

Así, con cada muerte y hecho de violencia, el Suroeste sigue consolidando una crisis humanitaria, ante lo cual, según denuncian las organizaciones, las autoridades departamentales y nacionales han guardado silencio y no han querido abordar de manera integral.