Envejecimiento Foto: Fuente: Canva
El país se enfrenta su mayor transformación demográfica, ¿cómo aprovecharlo?

Periodista Portafolio
Colombia atraviesa la transformación demográfica más profunda de su historia, con el 14% de su población mayor de 60 años y proyecciones que indican que esta cifra se duplicará hacia 2050, alcanzando el 20%.
Sin embargo, el país enfrenta una paradoja crítica: mientras la economía plateada global podría aportar el 39% del PIB mundial (USD 118 billones) y generar 1.500 millones de empleos en los próximos 25 años, en Colombia el 45% de las personas mayores de 60 años vive sin ingresos y solo uno de cada cuatro colombianos accede a una pensión.
Esta realidad fue el foco central del Silver Summit 2025, organizado por Aurora, que reunió a 250 líderes empresariales de 220 compañías y 10 industrias estratégicas en Bogotá. El encuentro evidenció que el país se encuentra en un punto de inflexión donde debe elegir entre prepararse para capitalizar las oportunidades de la longevidad o enfrentar una crisis de vulnerabilidad económica y social.
«Envejecer no es un problema. Ignorarlo, sí», advierte Yusleidi Serje, cofundadora de Aurora. «Una región que envejece sin prepararse se vuelve vulnerable. Una región que lo entiende y actúa, se convierte en una potencia plateada global. En menos de 25 años habrá más personas mayores que adolescentes en América Latina, y Colombia no está lista para este cambio».
El edadismo: la barrera invisible que frena la economía
Uno de los hallazgos más preocupantes del evento fue el impacto del edadismo en la economía colombiana. Según datos presentados, una de cada dos personas en el mundo mantiene actitudes discriminatorias por edad, muchas veces interiorizadas como «auto-edadismo», lo que limita sistemáticamente las oportunidades laborales y el bienestar de las personas mayores.
Esta discriminación no solo afecta a los individuos, sino que representa un costo económico significativo para las empresas y el país. La exclusión del talento senior del mercado laboral desperdicia décadas de experiencia y conocimiento en un momento en que la coexistencia de hasta cinco generaciones en el ámbito laboral podría convertirse en la mayor ventaja competitiva de las organizaciones.
«La diversidad generacional no es un desafío de recursos humanos, es una estrategia de negocio», señaló Estefanía Grajales, cofundadora de Aurora. «Las empresas que logren combinar la experiencia y sabiduría de los trabajadores mayores con la energía y nuevas perspectivas de los más jóvenes tendrán un motor de innovación y productividad que sus competidores no podrán replicar».
La economía plateada, definida como aquella que atiende a personas mayores de 50 años, representa actualmente el sector de mayor crecimiento global. Este mercado, comparable a la tercera economía más grande del mundo, exige que empresas de todos los sectores —desde banca y seguros hasta tecnología, retail y salud— innoven y adapten sus productos y servicios para este creciente segmento poblacional.
Y es que el panorama demográfico colombiano presenta cifras contundentes que exigen acción inmediata. Con el 14% de la población actual mayor de 60 años y proyecciones que apuntan a duplicar esta proporción en los próximos 25 años, el país enfrenta desafíos sin precedentes en materia de sostenibilidad económica, sistema de salud, infraestructura urbana y mercado laboral.
Globalmente, la Ocde proyecta que la razón de dependencia de vejez subirá del 31% actual al 52% en 2060, lo que significa que cada vez menos personas en edad productiva deberán sostener a más personas mayores. En Colombia, donde la precariedad económica en la vejez ya es crítica, esta tendencia podría derivar en una crisis social si no se implementan políticas y modelos de negocio más inclusivos y sostenibles.
Un llamado a la transformación colectiva
El mensaje central del Silver Summit 2025 fue un llamado a la acción para todos los actores de la sociedad colombiana. Desde los medios de comunicación que deben cambiar la narrativa sobre el envejecimiento, hasta las empresas que deben invertir en este mercado y las personas que deben combatir sus propios prejuicios, todos tienen un papel determinante para capitalizar las oportunidades de la longevidad.
«La construcción de una potencia plateada próspera e inclusiva es una responsabilidad compartida», enfatizó Serje.
«No se trata solo de adaptar productos o servicios, sino de transformar mentalidades, políticas públicas y modelos de negocio para que la longevidad sea vista como lo que realmente es: una de las mayores conquistas de la humanidad y una oportunidad económica sin precedentes».










