Murió Peter Greene, el inolvidable villano de La Máscara y Pulp Fiction. //Foto: New Line Cinema.
El actor, de 60 años, fue hallado sin vida en su vivienda en EE. UU. Esto se sabe sobre su fallecimiento.
El cine de los noventa perdió a uno de sus rostros más intensos y perturbadores. Peter Greene, el actor estadounidense que construyó una filmografía marcada por personajes inquietantes y memorables, murió este 12 de diciembre de 2025, a los 60 años.
La noticia fue confirmada por su representante, Gregg Edwards, y de inmediato generó reacciones entre colegas, críticos y fanáticos que crecieron viéndolo encarnar a algunos de los villanos más icónicos del cine reciente.
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Greene fue encontrado sin vida en su apartamento del Lower East Side, en Nueva York, luego de que vecinos alertaran a las autoridades por música que sonaba sin pausa desde el interior del inmueble. Personal médico verificó su muerte en el lugar. Por ahora no se han revelado causas oficiales, y el caso permanece bajo revisión mientras avanzan los procedimientos forenses. Su representante aseguró que había hablado con él solo unos días antes, lo que hace más sorpresivo el desenlace.
La carrera de Peter Greene siempre fue una mezcla de riesgo actoral, presencia magnética y personajes al límite. Nacido el 8 de octubre de 1965 en Montclair, Nueva Jersey, encontró en la actuación un camino tras una juventud difícil, con episodios de inestabilidad y temporadas viviendo en la calle. Se formó como actor en Nueva York, primero en el teatro, y rápidamente empezó a destacar por su capacidad para encarnar figuras tensas, turbias y emocionalmente cargadas.
¿Quién era Peter Greene?
Su salto a la notoriedad llegó con Clean, Shaven (1993), un drama psicológico que le valió elogios por su retrato crudo de un hombre con esquizofrenia. Poco después, 1994 selló su lugar en la cultura pop: interpretó a Zed en Pulp Fiction, uno de los antagonistas más perturbadores del cine de Quentin Tarantino, y a Dorian Tyrell en La máscara, el mafioso que se convierte en la contraparte feroz del personaje de Jim Carrey. Ambas actuaciones lo convirtieron en un referente inmediato del villano noventero.
A lo largo de su carrera acumuló cerca de un centenar de créditos en cine y televisión. Participó en títulos como The Usual Suspects, Training Day y Blue Streak, y apareció en series como Law & Order, Justified y Chicago P.D.. Su estilo lo llevó a ser considerado uno de los grandes “character actors” de su generación: intérpretes capaces de transformar cualquier escena sin necesidad de protagonismo.
En los últimos años seguía activo. Formó parte de The Continental, la serie que expande el universo de John Wick, y tenía proyectos en desarrollo, incluyendo una producción independiente y un documental narrado por él mismo. Su muerte deja inconclusas estas iniciativas y suma una ausencia notable para quienes valoraban su capacidad de dotar de humanidad incluso a los personajes más oscuros.
Peter Greene fue, para muchos, el actor que podía hacer temblar la pantalla con una mirada. Un intérprete que entendió que los villanos también cuentan historias profundas y que, desde la sombra, pueden iluminar la memoria del cine. Su legado queda tatuado en una generación que aún recuerda el escalofrío de verlo entrar en escena.











