Jin de BTS. // Redes sociales IG @Jin
Una fan japonesa fue enviada a fiscalía en Corea del Sur tras besar sin consentimiento a Jin de BTS durante un evento público.
El caso de la fanática japonesa que besó sin permiso al integrante de BTS, Jin, durante un evento público, avanzó a una nueva fase judicial.
Este 18 de noviembre, la cadena japonesa TBS News informó que una mujer identificada como “A” fue remitida a la fiscalía surcoreana acusada de hostigamiento forzoso, un delito que implica contacto físico no consentido. Según el reporte, la mujer declaró durante la investigación: “Estoy tan molesta. No pensé que esto fuera un crimen”, palabras que generaron aún más indignación entre seguidores del grupo.
Fan besó a la fuerza a Jin de BTS
Los hechos ocurrieron durante una reunión de fans celebrada en junio, donde Jin participó en la sección denominada Free Hug, un espacio diseñado para permitir un breve acercamiento entre el artista y los asistentes. Según la investigación, la mujer aprovechó ese momento para acercarse al idol y besarlo en el cuello, acción que quedó registrada en video y rápidamente se viralizó en redes sociales. La difusión del clip provocó una ola de rechazo global, especialmente entre el fandom de BTS, que denunció la agresión y exigió acciones legales inmediatas.
El 12 de noviembre, la Fiscalía del Distrito Oriental de Seúl presentó cargos contra la mujer sin orden de detención. Paralelamente, fanáticos del grupo presentaron quejas formales a través del Servicio de Peticiones Civiles del gobierno surcoreano, solicitando que el incidente fuera investigado como “acoso en un lugar público”. La controversia se intensificó cuando la propia mujer publicó un mensaje en redes sociales describiendo su experiencia: “Mis labios tocaron el cuello de Jin, su piel era muy suave”, comentario que fue interpretado como una falta de arrepentimiento y una revictimización del artista.
Tras los hechos, la policía surcoreana inició una búsqueda para identificar a la implicada y, con apoyo de Interpol, logró dar con su paradero. Aunque inicialmente fue detenida, su retorno a Japón complicó temporalmente el proceso, lo que llevó a una pausa en la investigación. El caso se reactivó cuando la mujer regresó voluntariamente a Corea del Sur para ser interrogada.
Concluida la etapa policial, las autoridades determinaron que la conducta de la fan constituía un delito y remitieron el expediente a la fiscalía, que ahora deberá decidir si la acusada enfrentará juicio. El caso ha reavivado el debate sobre los límites del comportamiento de los fans y la necesidad de reforzar las medidas de protección para las figuras públicas, especialmente en eventos multitudinarios.
