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Moreno señaló que el hallazgo fue hecho el pasado 2 de agosto, pero solo hasta el lunes 4 de agosto Medicina Legal logró corroborar que se trataba del cuerpo de Sanabria. Del hallazgo se conoce que fue hecho junto al río Guamal, donde encontraron el cuerpo envuelto en un parapente.
Por su parte, la gobernación del Meta explicó que los restos fueron encontrados específicamente en el sector Pío XII, sobre el río Guamal. “Desde el primer momento dispusimos recursos técnicos, humanos y logísticos, junto a organismos de socorro y voluntarios. Enviamos un mensaje de solidaridad a su familia y amigos, elevando oraciones por su eterno descanso”.
Tras más de dos meses de búsqueda en Villavicencio, Acacías, Guamal y otras zonas del Meta, fueron hallados en el río Guamal (sector Pío XII) los restos óseos del señor Luis Adriano Sanabria, parapentista desaparecido desde el 25 de mayo. pic.twitter.com/MZcgIgTgfI
— Gobernación del Meta (@GobMeta) August 5, 2025
La desaparición de Sanabria, de 58 años, se dio en la tarde del 25 de abril, poco después de que despegara, en su parapente, desde el Alto de Buenavista, en Villavicencio. Una corriente de aire lo arrastró, tal como quedó grabado por un habitante de la ciudad, y desde ahí se perdió su rastro, por lo que las semanas posteriores se adelantó una tarea titánica para encontrarlo.
La búsqueda, a la que se unieron Bomberos de Villavicencio, Defensa Civil y Policía, se hizo en el sur de la ciudad y en municipios aledaños como Acacías, El Dorado y Guamal. Se utilizaron cámaras especiales, drones y hasta se hicieron sobrevuelos, pero solo hasta el pasado 2 de agosto se logró dar con el paradero del experimentado parapentista, que llevaba más de 15 años sobrevolando los cielos de la región.
Luis Adriano era reconocido como una persona tranquila, siempre atento a las condiciones de seguridad. “Era un piloto muy experimentado, con vuelos de duración y altura. Tenía una conexión especial con el cielo”, dijo a Noticias Caracol Alejandro Leyva, del Club Gualas.
Su esposa, Angie Mayerly Moreno, con quien tenía una relación desde hacía cinco años y una hija de tres, lo recuerda como “un gran esposo, padre y amigo. Lo conocí desde niña, por una sobrina de él, y después la vida nos juntó”.