miércoles, diciembre 3, 2025
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En Bello, las aulas se llenan de canas, cuadernos y nuevos comienzos

En Bello, las aulas se llenan de canas, cuadernos y nuevos comienzos

La educación se convierte en refugio: en Bello la edad no es límite, sino motor para empezar de nuevo.

En Bello, cada sábado, antes de que el timbre anuncie el inicio de la jornada, trece adultos mayores cruzan la puerta de un salón de la Institución Educativa Marco Fidel Suárez.

No llegan con la ansiedad de un examen ni con la prisa de la juventud: llegan con algo más profundo. Llegan a cumplir un sueño que se negó a envejecer.

TOMADA DE: https://h13n.com/

Hora 13 Noticias

Allí los espera Luz Estela Lozano, la docente que acompaña el proceso de alfabetización y formación básica de personas mayores. Ella habla del programa sin tecnicismos porque, según dice, “Hay procesos que no caben en una explicación. Se sienten. Se viven. Desde el año pasado, trabajar con las personas mayores ha sido para mí una experiencia que toca el alma. Tanto, que mi propia madre quiso unirse al programa para cumplir un sueño que llevaba guardado por décadas”.

Para ella, este proyecto ha sido una forma de reconstruirse, aun cuando la vida le arrebató a su madre, la mujer que también quiso estudiar y que alcanzó a inscribirse en el programa antes de fallecer.

En medio del duelo, Luz Estela siguió llegando al salón. No porque las fuerzas sobraran, sino porque la estaban esperando. En las voces temblorosas que la saludaban con un “profe, buenos días”, en los cuadernos abiertos y en la letra lenta pero valiente, encontró una razón para mantenerse en pie, pues “lo más bonito es el empeño. La ternura con la que hacen cada tarea. La alegría con la que entran al salón”, dice Luz Estela.

Un programa donde el aprendizaje es tan importante como el afecto
Bello Mayor Educación es una iniciativa conjunta de las Secretarías del Adulto Mayor y de Educación de la Alcaldía de Bello. Desde su creación ha permitido que más de cien personas mayores culminen la primaria, pero su impacto real no se mide en cifras. Se mide en los abrazos después de clase, en las lágrimas de quienes escriben su nombre correctamente por primera vez y en las familias que celebran cada avance como si fuera una graduación.

Las jornadas no terminan cuando finaliza la clase. Para muchos estudiantes, ese espacio se convierte en un refugio para contar sus miedos, sus recuerdos y sus batallas. Luz Estela escucha, acompaña, orienta. Ha terminado siendo maestra, amiga, psicóloga y testigo de una valentía que no conoce arrugas.

El sueño no se jubila
Entre los estudiantes destaca don Olimpo de 78 años. Siempre se sienta adelante, levanta la mano para que le revisen las tareas, pues su dedicación no tiene edad ni descanso, tanto así, que repite con insistencia que quiere ser profesional. Lo dice sin ironías y sin disculpas, con la seriedad de quien sabe que el sueño no caduca solo porque pasó el tiempo. Apoyado por su familia y por el programa, avanza paso a paso, convencido de que nunca es tarde para empezar.

2026: una meta que va más allá de un diploma
La proyección del programa es ambiciosa y profundamente simbólica. Para 2026 esperan graduar a 105 personas mayores en bachillerato académico, la primera cohorte de adultos que se negaron a renunciar al derecho de aprender.

Ese logro, cuando ocurra, no será solo institucional. Será el recordatorio de que algunas metas no envejecen: simplemente esperan la oportunidad de florecer. Y en Bello, esa oportunidad llegó en forma de cuadernos nuevos, sábado tras sábado… y una maestra que decidió quedarse.

 

La educación se convierte en refugio: en bello la edad no es límite, sino motor para empezar de nuevo