Superado el daño en la vía del metro, causado por una creciente del río, se abre el debate sobre cómo manejar su caudal, que cada vez será mayor por el cambio climático.
La socavación que afectó al Metro de Medellín la semana pasada no se produjo por un punto aislado, sino por una falla en todo un sector del río Medellín, a la altura del puente de la 4 Sur.
Las lluvias extremas de los últimos días, potenciadas por el cambio climático, aceleraron ese proceso erosivo y terminaron por socavar la base férrea. “El invierno nos ganó la carrera”, reconocen los técnicos.
El problema, sin embargo, no se limita a la falla puntual. Con el cambio climático intensificando los aguaceros, el sistema hídrico del Valle de Aburrá enfrenta un desafío estructural: el río Medellín ya no puede contener el volumen de agua que recibe.
La urbanización del sur del valle ha impermeabilizado los suelos, impidiendo la absorción natural de las lluvias, y toda esa escorrentía termina en el cauce principal. Los expertos advierten que profundizar el río —como algunos han propuesto— sería una solución riesgosa que desestabilizaría quebradas y comunidades.
En cambio, se estudia la posibilidad de construir drenajes paralelos que recojan los excedentes antes de Envigado e Itagüí y los conduzcan, mediante túneles o canales, hacia el río Cauca, una obra monumental, todavía en fase de análisis, que podría redefinir la relación del valle con su río.
Lilian Posada García es profesora del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, sede Medellín. Además es la directora del grupo de investigación en Hidráulica Fluvial.
Posada, en diálogo con EL COLOMBIANO desde España, cuenta que desde ya se estudia la posibilidad de construir drenajes paralelos que recojan los excedentes en Envigado e Itagüí y los conduzcan, mediante túneles o canales, hacia el río Cauca.
¿Qué fue lo que originó la nueva socavación hace una semana que afectó la vía del metro?
“El problema no es un punto sino un sector. En el río, a la altura de la 4 Sur, se encuentra un azud —un escalón diseñado para disipar energía del flujo— y a pocos metros se encuentra un contradique que tiene como función amortiguar el impacto del chorro de agua. El contradique estaba fallado en la mitad de su longitud desde hace meses y entonces el flujo del verano se concentraba solo en la parte donde no estaba la estructura, sin disipación tenía mucho poder erosivo.
Con el tiempo se fue desgastando esa orilla hasta generar una conexión por debajo de la estructura lateral del canal del río; con las crecientes de este invierno se magnificó el proceso erosivo además de la infiltración natural del agua en la vía férrea, lo que en conjunto permitió el establecimiento de un flujo de suelo y agua dejando oquedades o cavidades debajo de la banca del metro. Con el cambio climático vinieron lluvias demasiado exageradas, intensas y no nos dio tiempo de reaccionar”.
Con un cambio climático que radicalizará cada vez más las lluvias, ¿qué hacemos con el río?
“El agua que nos viene no cabe en el río. El cambio climático es un fenómeno en el que todos tenemos responsabilidad. Traerá una cantidad de agua que no cabe en el río. Eso se da por la densidad de las urbanizaciones en el sur del Valle de Aburrá, el suelo ya no absorbe lo que debiera, toda esa agua llega directo al canal del río.
No teníamos previsto lo que iba pasar. La solución no es profundizar el río dos o tres metros, como muchos irresponsables han dicho. Eso es irresponsable, equivaldría a desestabilizar 256 quebradas y a afectar a muchas comunidades. Tenemos que pensar en otras alternativas para solucionar el problema”.
¿Cómo cuáles?
“Hacer unos drenajes paralelos, sacar el agua que llega antes de las quebradas La Ayurá en Envigado y Doña María en Itagüí, que son las que mas aumentan el caudal del río. Antes de esas descargas se haría un trasvase. Estamos pensando en cómo sacar el agua antes de que llegue al río”.
“Le anticipo que sería recolectar esas aguas altas, de exceso, antes de Itagüí y vaciarlas en otro canal que podría ser el río Cauca. Es una solución factible que está en estudio, tranquilizaríamos a todo el Valle de Aburrá, así le quitaríamos caudal al río. El río seguiría con su curso normal, se desviarían solo los excesos de aguas. Hay otras posibilidades, hemos pensado en túneles. Fíjese que Madrid está por debajo tunelizado. ¿Por qué no en Medellín pasar túneles de agua hacia el otro lado del río? Tenemos que hacer un estudio bien completo”.
¿Cuánto podría costar esa solución?, ¿ya los primeros estudios tienen números?
“No me atrevería a decir números, pero no está lejos de poder ser una realidad. Hemos hablado con algunas autoridades, tenemos que buscar una concertación regional por el río y por el bien de la ciudadanía”.

