Los contagios se suman al hacinamiento y otros problemas de salud en menores de edad.
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La población indígena que llegó a Medellín desplazada desde Chocó por amenazas del Clan del Golfo y el ELN se ha tenido que enfrentar con el hacinamiento, el hambre, las malas condiciones de salud entre la población menor de edad y ahora tienen que hacerle frente a un brote de covid.
Así lo señaló la defensora regional de Antioquia, Yucelly Rincón, quien precisó que este miércoles ni si quiera pudo ingresar una comitiva de la Defensoría para verificar las condiciones de los indígenas porque la Secretaría de Salud de Medellín informó que actualmente hay un grupo de personas que arrojaron positivo para covid-19.
La funcionaria advirtió que un factor agravante a este brote es el hacinamiento que presenta el albergue actualmente, pues a pesar de que el lugar en el que están (perteneciente a la Secretaría de la No Violencia) tiene capacidad para 120 personas ya han ingresado 160, pero los líderes de las comunidades indígenas sostienen que son más de 200 los que han llegado a la ciudad y que decenas más se están movilizando desde el Carmen de Atrato.
Uno de sus voceros le comentó a EL COLOMBIANO que a muchos de ellos no les han brindado atención médica a pesar de haber llegado con complejas afecciones.
Esto lo corrobora la defensora Yucelly, quien manifestó que hay cerca de 72 personas con dificultades de salud que no han sido atendidas. También hizo énfasis en la mala situación de los niños y la falta de enfoque diferencial por parte de los funcionarios que están a cargo del albergue.
Los voceros indígenas aseguran que el alcalde del Carmen de Atrato, Jaiberth Ríos, ha hecho caso omiso a los reclamos y solicitudes de protección de las comunidades, algo que el mandatario negó en diálogo con este medio y manifestó que actualmente no se presentan riesgos particulares de confinamiento a estas comunidades.