Su nombre es Eiver Manuel Suárez y dijo que es un gesto que hizo con el corazón, pues también tiene un hermano que es habitante de calle.
En el centro de Barranquilla, donde las voces del comercio informal se mezclan con el ruido de los carros, un gesto silencioso de humanidad rompió la rutina.
El protagonista fue Eiver Manuel Suárez, un bicicochero de corazón grande, quien no dudó en usar su vehículo, sin que nadie se lo pidiera, para auxiliar a dos de las personas intoxicadas al consumir una mezcla para embriagarse de metanol con agua y licor a mediados de esta semana.
Recorriendo el popular sector de El Boliche, donde se originó la emergencia, Eiver visualizó cómo sufría inicialmente una mujer conocida en la zona como ‘Geo’ y luego trasladó hasta el nuevo Hospital de Barranquilla a Henry López, de 22 años, otro habitante de calle del que declaró que vomitaba y tenía dificultades para respirar.
“Ese día me encontré al señor allá tirado y dijeron que era una comida vencida que estaban dando. Sin embargo, resultó no ser eso sino el ron. Decían por la zona que había llegado una persona repartiendo con una botellita que tenía patas de cucaracha. Ya después es que me entero sobre el tiner ese, estaba la gente botando sangre por la boca, en mi mente dije que era el hígado”, declaró inicialmente.
Eiver conocía a ambas personas desde hace años, pues su labor le permite transitar por este barrio con el bicicoche que le regaló su madre; sin embargo, asegura que lo motivó a realizar estos gestos es que también tiene un hermano que es habitante de calle.
“Todo lo hago de corazón. Si veo a cualquier persona tirada con una botellita, lo muevo para ver si está vivo. De no responder, me lo traigo. Este coche es mejor que la ambulancia. Cuando veo a personas en el suelo pienso que se están muriendo, pues también tengo un hermano en la calle”, agregó.
“A ellos (intoxicados ayudados) tengo años conociéndolos. Siempre duermen en la calle, cerca a una panadería”, alcanzó a mencionar.
En las últimas horas, precisamente, Eiver llevó hasta este hospital en el centro de la ciudad al padre de Henry López, quien es otro habitante de calle que no sabía lo que había ocurrido.
Finalmente, desde la Secretaría de Salud se reportó que al momento cerca de 10 personas siguen bajo cuidados intensivos por este episodio, mientras que uno de ellos tiene pronóstico reservado.