La Seccional de Investigación Criminal (Sijín) y el Grupo de Técnicos en Explosivos de la Policía desactivaron un artefacto explosivo improvisado localizado al interior de una caneca de leche, en un establecimiento de comercio, en el centro del municipio de Anorí, Nordeste de Antioquia, el cual, según las primeras hipótesis, iba dirigido a atentar contra la fuerza pública.
Más de 40 kilos de explosivos fueron escondidos en una caneca de leche en el municipio de Anorí, Nordeste de Antioquia, con el objetivo, al parecer, de atentar contra la fuerza pública. Miembros de la Policía lo desactivaron y la Gobernación ofreció $100 millones por información… pic.twitter.com/C5DuvkAgji
— MiOriente (@MiOriente) April 11, 2025
El artefacto fue valorado como de alto poder destructivo, compuesto por aproximadamente 40 kilogramos de ANFO, sustancia utilizada comúnmente en acciones terroristas. A través de su cuenta de X, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, rechazó estos hechos y dispuso una recompensa de 100 millones de pesos por información que permita la captura de los responsables.
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“Los dos artefactos que se encontraron, de alto poder, fueron trasladados a una zona apartada para su posterior destrucción de manera controlada. Al parecer, la intención de los ilegales era atentar contra la fuerza pública acantonada en este municipio. Los uniformados reportaron que tenía 40 kilos de ANFO. Ofrecemos hasta 100 millones de pesos de recompensa a quien nos entregue información que nos permita encontrar a los terroristas que armaron y transportaron este explosivo. Nuestro reconocimiento al personal antiexplosivos de la Policía, que evitó una tragedia y arriesgó su vida por salvar la de cientos más”, aseguró el mandatario en sus redes sociales.
La situación de orden público en Anorí es crítica: recientemente, organizaciones sociales han denunciado amenazas, desplazamientos y asesinatos, en medio del conflicto armado que allí se genera por la congregación de grupos armados organizados como el Clan del Golfo, las disidencias de las extintas FARC y el ELN, que combaten entre ellos y con la fuerza pública por el control de las rutas del narcotráfico y las ganancias auríferas.
Por último, el gobernador Rendón calificó estos hechos como “volver al pasado”, además de que serían producto, según él, de la fallida política de Paz Total del Gobierno de Gustavo Petro.