En Armero murieron más de 30 mil personas: alcalde del municipio, 40 años después de la tragedia

Tragedia de ArmeroFoto: AFP
Tragedia de Armero Foto: AFP
La cifra se queda corta, yo creo que va por encima de los 30 mil», dijo con nostalgia el alcalde del municipio que ahora se llama Armero – Guayabal.

Cuarenta años después de la tragedia de Armero, Colombia sigue sin conocer con precisión el número de víctimas que dejó la erupción del volcán Nevado del Ruiz y que arrasó la ciudad colombiana, reconoció este miércoles la defensora del pueblo, Iris Marín Ortiz.

«Hoy en día desconocemos las cifras precisas del desastre», admitió Marín durante la presentación del estudio ‘Armero ¿40 años de vulneración de derechos?’, un informe sobre las persistentes vulneraciones de derechos humanos derivadas de aquel desastre.

La rueda de prensa se llevó a cabo en el municipio de Honda, a pocos kilómetros de las ruinas del antiguo Armero, la ciudad del departamento del Tolima que desapareció bajo una avalancha de lodo y escombros tras la erupción del Nevado del Ruiz el 13 de noviembre de 1985.

En diálogo con Mañanas Blu, Mauricio Cuéllar, alcalde de Armero, contó detalles de la tregedia de ese, cuando él apenas tenía unos seis años; perdió a su hermano mayor y junto a su madre tuvieron que luchar contra ese lodo que les había cubierto el cuerpo. «Cada uno buscaba salvarse como fuera. Yo estuve enterrado casi que día y medio», contó.

«Eran muchos cuerpos. Siempre se habla de cerca de 25 mil, pero el censo total de la población no era un eje claro, hoy tomamos estadísticas. La cifra se queda corta, yo creo que va por encima de los 30 mil», dijo con nostalgia el alcalde del municipio que ahora se llama Armero – Guayabal.

El municipio de Armero – Guayabal, donde hoy es la cabecera municipal por ordenanza de 1986, se prepara para los actos de conmemoración, que incluyen humilías cada dos horas y la tradicional lluvia de pétalos de rosas. Cuellar, quien coordina la logística desde Guayabal, enfatizó el dolor persistente que sienten los sobrevivientes, quienes fueron disgregados por todo el país tras la reconstrucción.

Armero1-AFP.png
Armero
Foto: AFP

El censo de personas muertas

La dificultad para establecer un censo exacto se debe a que, después de la avalancha, no existía un plan claro ni preparación para manejar la catástrofe. Debido a la emergencia sanitaria y el riesgo de infecciones, fue necesario disponer de los cuerpos rápidamente. Cuellar relató que muchos cadáveres fueron depositados en fosas comunes en el cementerio de Guayabal, en un proceso donde un cargador «llenaba su balde de cadáveres» para luego descargarlos y taparlos.

Para llegar a las cifras de población de la extinta Armero, se recurrió a estadísticas como el directorio telefónico o los recibos de energía de Enertolima, buscando un promedio de cuántas casas y personas habitaban el municipio, que en su momento era el más grande en población del norte del Tolima. A pesar de los esfuerzos, el alcalde sostiene que la magnitud de la tragedia se subestima con la cifra de 25.000.

Armero2-AFP.png
Armero  Foto: AFP

Experiencia personal

Mauricio Cuellar, de 47 años, tenía solo seis años cuando ocurrió la tragedia. Vivía con su madre y su hermano en el barrio Santander de Armero. Su madre, tras escuchar ruidos y sentir arena en lugar de lluvia, los sacó de la casa justo antes de que el lodo los alcanzara.

Cuellar relató la odisea que vivió al quedar «enterrado cerca de día y medio» hasta el pecho, mientras que el lodo los arrastró cerca de dos cuadras. Su madre quedó inmersa junto a él, y ella siempre ha tenido la sensación de que su hermano perdido se movía bajo sus pies. Fue rescatado por su tío y su padre. Además de estar atrapado por paredes y escombros, Cuellar sufrió una luxofractura en su rótula derecha, por lo que tuvo que ser cargado hasta Guayabal. Cuarenta años después, el alcalde describe este recuerdo como una fuente de frustración y un día «doloroso», intentando superarlo y asegurar que la historia no muera.

La pérdida de niños

El dolor personal del alcalde es profundo, pues la avalancha le arrebató a su hermano, quien tenía cerca de ocho años. Su madre, hoy de 85 años, sigue buscando a su hijo, cuyo cuerpo nunca fue encontrado. Este caso resuena con otros niños sobrevivientes de la tragedia.

El alcalde confirmó que la tragedia fue un escenario de rapiña donde se utilizó la situación para vender o intentar vender niños huérfanos a ciudadanos extranjeros. Relató el caso de una prima que fue rescatada y que su tía encontró en un hospital de Bogotá, a punto de ser entregada a dos extranjeros. Incluso la hermana de la esposa de Cuellar fue casi raptada bajo la excusa de un tema de adopción.

Además de la venta de niños, se observó rapiña sobre los muertos, donde supuestos socorristas buscaban las cadenas, anillos o calzas de oro de las personas enterradas. Este tipo de insensibilidad no solo provino del Estado, sino de otras personas que se aprovecharon del dolor.

Escuche aquí la entrevista: