Científicos de la Universidad de Antioquia acaban de reportar evidencia visual y acústica de la presencia de Sacoopteryx antioquensis en el municipio de Maceo, en el Magdalena Medio antioqueño. Sacoopteryx antioquensis un murciélago antioqueño que fue registrado por primera vez en 1996 en los municipios de Sonsón y San Luis, en el Oriente del departamento. Se alimenta de insectos, y tiene un pelaje denso y lanoso color pardo oscuro que, a diferencia de otras especies Saccopteryx, carece de dos líneas claras en el lomo.
Durante más de dos décadas, se creyó que estaba extinto. En 2020, investigadores del Grupo de Mastozoología, adscrito a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UdeA, lograron capturar la especie y obtener registros acústicos después de 24 años. Pero que cinco años después, se haya visto en el Magdalena Medio confirma, según los investigadores, que el animal habita los cielos del Corredor Kárstico del Oriente de Antioquia. (Puede ver: Lagos del Amazonas alcanzan 40 °C )
El Área de Importancia para la Conservación de Murciélagos del Corredor Kárstico del Oriente Antioqueño —AICOM CoKOA— es un área protegida, compuesta, en mayor parte, por un paisaje de piedra caliza y de bosque húmedo tropical. Contiene al menos 66 cuevas y cubre un área total de 133 000 hectáreas que abarcan diez municipios.
“Más allá de que es una especie emblemática del país, es única de nuestro territorio. Si se extingue, perdemos el patrimonio natural. Se alimenta de insectos, y si disminuye la cantidad de murciélagos insectívoros, es posible que aumente la cantidad de mosquitos en una zona, y eso trae consigo otros problemas en salud pública, como fiebres tropicales”, explicó, citado por la Universidad, Jefferson Sánchez Castrillón, líder e investigador principal de La Ruta de las Alas, un proyecto pionero en la transformación de la percepción sobre los murciélagos para garantizar su conservación en Colombia.
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El riesgo de extinción es real. Según la clasificación realizada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza —UICN—, el murciélago de sacos alares antioqueño está catalogado actualmente como especie en peligro de extinción. Y una de sus principales amenazas, detalla Sergio Alcides Solari Torres, investigador del Grupo de Mastozoología de la UdeA, es la explotación minera, especialmente la de piedra caliza, además del cambio climático y la deforestación asociada a las actividades agropecuarias, factores que provocan la fragmentación y degradación de los hábitat
Se estima que Colombia alberga unas 217 especies de murciélagos, ocho de ellas endémicas. Esta diversidad representa cerca del 15 % de las especies conocidas en el mundo. Comprender su valor ecológico y la importancia de la conservación de sus hábitats es el primer paso para transformar el miedo en aprecio y el rechazo en protección.










