Siete exdirectivos de la multinacional bananera fueron condenados a 11 años y 3 meses de prisión.
El Juzgado Sexto Penal del Circuito Especializado de Antioquia emitió una sentencia clave en uno de los casos más emblemáticos de financiación al paramilitarismo en Colombia. Siete exdirectivos de la multinacional bananera Chiquita Brands fueron condenados a 11 años y 3 meses de prisión por el delito de concierto para delinquir agravado.
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Los condenados son Reinaldo Elías Escobar de la Hoz, John Paul Olivo, Charles Dennis Keiser, Álvaro Acevedo, José Luis Valverde, Víctor Julio Buitrago y Fuad Alberto Giacoman Hasbún.
Además, la juez absolvió a Javier Ochoa Velásquez, exgerente de planeación y proyectos de Banacol hasta 2004; Víctor Manuel Henríquez Velásquez, presidente ejecutivo de Banacol S.A. y miembro de la Junta Directiva hasta 2018; y a Jorge Alberto Cadavid Marín, exvicepresidente financiero de Banacol.
El juzgado ordenó el pago de $13.879 millones y negó la posibilidad de prisión domiciliaria o suspensión de la pena. La jueza Diana Lucía Monsalve también ordenó librar órdenes de captura contra los implicados.
Este fallo se produce a dos meses de que el proceso prescribiera, plazo que se cumpliría el próximo 17 de septiembre. Aunque el caso llevaba años sin avanzar en Colombia, ya existía una condena internacional: en 2007, un tribunal en Estados Unidos sancionó a Chiquita Brands con una multa de 25 millones de dólares tras aceptar que la compañía había realizado más de 100 pagos ilegales —por un total de 1,7 millones de dólares— al grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), catalogado como organización terrorista por Washington.
En contexto
En su momento, la Comisión de la Verdad reiteró que la relación entre los grupos paramilitares y el narcotráfico en el Urabá antioqueño era ampliamente conocida, y que empresas como Chiquita Brands no solo lo sabían, sino que habrían participado activamente de ese entramado a cambio de beneficios propios.
De acuerdo con la entidad, cuando Chiquita Brands pactó con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), asumió conscientemente las implicaciones de esa alianza. Entre ellas, permitir que los paramilitares utilizaran los contenedores de banano para esconder y transportar cocaína en los barcos de exportación de la multinacional.
