Desde Puerto Rico, Perú, Argentina, Panamá y Colombia, llegaron figuras clave del mundo del whisky para participar en este encuentro.
Barranquilla se convirtió esta semana en la capital latinoamericana del whisky. Desde el 17 y hasta el 20 de julio, la ciudad acoge la cuarta edición del Encuentro Internacional Whisky Lovers, un evento que reúne a expertos de renombre mundial, chefs galardonados y amantes del whisky en una experiencia multisensorial que fusiona academia, gastronomía y fiesta.
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Desde Puerto Rico, Perú, Argentina, Panamá y Colombia, llegaron figuras clave del mundo del whisky como Joe Cabassa, Michael Kuryla, Papo Carax, Iván Sánchez Torrijos y el anfitrión Julio Oñate, fundador del evento. Todos ellos están al frente de catas magistrales, talleres especializados y charlas que elevan la cultura del whisky a un nuevo nivel en el Caribe colombiano.
El maridaje, protagonista del evento
Este año, Whisky Lovers apuesta fuerte por el maridaje como eje temático. Los chefs Manuel Mendoza y Jacobo Bonilla, ambos dentro de los Latin America’s 50 Best Restaurants, lideran cenas exclusivas que conectan los sabores del Caribe y la alta cocina con etiquetas premium como Glenlivet, Glenmorangie y Chivas. También participan talentos locales como Efraín Ramírez, Lucía Miranda y Alejandro Ramírez, demostrando que el whisky puede acompañar tanto un ceviche como un corte a la parrilla.
Barranquilla se proyecta como destino de experiencias gourmet
Más allá del disfrute sensorial, este encuentro busca posicionar a Barranquilla como una ciudad clave para el turismo cultural y gastronómico. “Con Whisky Lovers queremos que el mundo vea a Barranquilla como lo que es: una joya caribeña lista para recibir eventos de alto nivel”, expresó Julio Oñate.
El evento, que se desarrolla en lugares icónicos de la ciudad como Varadero, Buffalo Grill y Chocolate Whisky Bar, incluye desde workshops para bartenders, cenas a cuatro manos, almuerzos técnicos, hasta un brunch de despedida y una clausura simbólica llamada “El Último Trago”, maridado con Old Parr Sunset frente al atardecer barranquillero.
Aún quedan experiencias por vivir hasta el 20 de julio, en esta cita que ya se perfila como una de las más importantes de América Latina para los amantes del buen beber.