Alberto Gutiérrez, hermano de Nurys Esther Gutiérrez, una de las víctimas fatales de la toma al Palacio de Justicia en Bogotá. Blu Radio.
Alberto Gutiérrez, hermano de la víctima, dice que merecen algo por daños y perjuicios morales.
Una acción de tutela es la herramienta que utilizan desde esta semana los familiares de la auxiliar desaparecida en la toma al Palacio de Justicia, Nurys Esther Gutiérrez, los cuales dieron a conocer desde Barranquilla que no han sido indemnizados por “daños y perjuicios morales” pese a que ya se cumplen 40 años de este suceso.

De esa manera lo dijo Alberto Gutiérrez, quien tiene claro que un monto de dinero no les devolverá a su hermana, pero están inconformes con el resultado de una apelación realizada por el Ministerio de Defensa, en el que la magistrada a cargo del caso determinó que no se trataba de un crimen de lesa humanidad.
“Mi papá nunca quiso la indemnización, decía que el pago no le iba a devolver lo que él como padre perdió. Entonces, después de muchos años, cuando fue declarada lesa humanidad, nosotros demandamos al Ministerio de Defensa y es la hora, estamos en el 2025, y no nos han reparado”, dijo inicialmente.
Ganamos el proceso en primera instancia, ellos apelaron y en segunda instancia la magistrada decía que lesa humanidad no cabía ahí. Nosotros metimos una tutela en estos días en la Corte para qué se solucione. El dinero no nos va a devolver a mi hermana, sin embargo sí merecemos algo por daños y perjuicios morales”, agregó.
Alberto, quien vivía con su hermana en Bogotá para la fecha de los hechos, relata que fue toda una desesperación el proceso para reclamar su cadáver, aunque ese dolor fue despertado años después cuando los llamaron para decirles que no estaban seguros que fuera ella.
“Queda uno con la incertidumbre. Después de tantos años, vinieron hasta expertos internacionales y no pudieron determinar si de verdad era ella. No sabemos a quién enterramos, si apareció, no sabemos nada. Estamos a la espera de los resultados para ver qué nos dicen, pero ya van 40 años”, sostuvo.
La última conversación que tuvieron con Nurys fue una llamada que les hizo cuando se escondía debajo de un escritorio en el Palacio, y menciona con especial detalle que era muy estimada por los magistrados Dante Fiorillo y Julio Andrade, a quienes ayudaba como auxiliar administrativa.
Sus palabras se dieron en medio de una misa convocada por el Tribunal Superior de Barranquilla en memoria de todas las víctimas por este holocausto, en la que el párroco de la Catedral, Álvaro García, envió un mensaje de amor e integridad.
Nurys tenía 10 hermanos, ocho de ellos siguen con vida, y en su gran mayoría aceptaron la invitación de un homenaje que se realizará este jueves en Bogotá.










