La puja entre Gobierno y empresarios por el aumento que divide al país

El aumento del salario mínimo en Colombia para 2026 promete convertirse en una de las negociaciones más tensas de los últimos años. Las proyecciones iniciales apuntan a un incremento entre el 6,5% y el 7%, lo que ubicaría el salario entre $1.515.000 y $1.522.000 mensuales.
Aunque el rango parece moderado, su impacto es enorme: más de tres millones de trabajadores dependen directamente de este ajuste, que además influye en el costo de vida, el consumo y la estabilidad económica del país.
Desde el Gobierno, el presidente Gustavo Petro ha insistido en que el aumento debe ser “alto” y “más allá de la inflación”, argumentando que un mayor salario fortalece el poder adquisitivo y ayuda a reducir la pobreza. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, respaldó esta postura, destacando que los incrementos reales favorecen la equidad social, siempre que no se ponga en riesgo la estabilidad fiscal. Sin embargo, los empresarios agrupados en Fenalco y la Andi temen que un alza excesiva dispare los precios y frene el empleo, por lo que proponen mantener el aumento por debajo del 7%.
El proceso de concertación, que se desarrollará en noviembre y diciembre, será decisivo para fijar la cifra final. Si no hay consenso, el Gobierno podrá establecer el aumento por decreto, como en años anteriores.
Entre tanto, la discusión sigue abierta: algunos economistas plantean un alza del 9% o incluso del 11%, aunque advierten que esto podría desestabilizar la economía.
En cualquier caso, el ajuste definirá no solo el bolsillo de los trabajadores, sino también el rumbo financiero del país para el próximo año.










