ECUADOR: Por qué la principal preocupación de los ecuatorianos es la inseguridad

CONTROL. Militares realizan tareas de vigilancia en Posorja, Guayas. Foto: API

ECUADOR:

A la ciudadanía le preocupa la inseguridad pues en el país hay un aumento de la violencia. Encuestadores y un especialista explican la coyuntura.

Ecuador atraviesa una ola creciente de violencia e inseguridad desde 2023. Ese año fue catalogado como uno de los más violentos en la historia del país. A partir de entonces, la estrategia ha sido militarizar las calles; sin embargo, no se ha percibido un cambio real y hay cifras que lo demuestran. La inseguridad sigue siendo una gran problemática para el país.

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De acuerdo con una encuesta de Click Research, realizada del 18 al 23 de octubre, el 51,30% de los encuestados respondió que el principal problema del país es la delincuencia y la inseguridad; mientras que el 30,57% dijo que es la crisis económica y el desempleo.

De acuerdo con los resultados de dicha encuestadora; el principal problema a nivel personal es la crisis económica con el 45,27%, le sigue la delincuencia y la inseguridad con el 32,23%.

Francis Romero Cordero, director general de Click Research, ratificó que para uno de cada dos ecuatorianos el principal problema es la delincuencia.

La encuestadora Ciess también presentó cifras sobre el tema de la inseguridad en el país. El levantamiento de los datos se realizó entre el 18 y 19 de octubre en Quito y Guayaquil, con 820 personas encuestadas y con un margen de error de +-4%. Las entrevistas se realizaron de forma presencial en los hogares de los encuestados.

El ánimo nacional influye en la percepción de inseguridad
Carlos Coronel, consultor de Ciess, dice que en las mediciones realizadas durante los últimos 10 meses, la ciudadanía percibe que el problema de la inseguridad está lejos de solucionarse y va aumentando.

Según esta encuestadora, los problemas hallados en Quito y Guayaquil muestran una percepción distinta sobre la inseguridad. En el caso de Quito llega al 42% y en Guayaquil al 73%. Coronel destacó que hay una diferencia territorial en cuanto a las percepciones de esta problemática.

“El tema de vacunas o extorsiones es bastante más significativo en su ponderación para Guayaquil, no es que en Quito no exista, pero la percepción tiene un mayor impacto en el puerto principal”, dice. Y sigue: “Hemos encontrado que en el caso de Quito, el 75% de las personas encuestadas menciona que su percepción es que ha aumentado la inseguridad; en el caso de Guayaquil la percepción es del 53%. En complemento, en Quito el 22% menciona que está igual y en Guayaquil el 46%”, explicó Coronel.

También detalló que encontraron que la ciudadanía cree que la inseguridad es un problema de largo plazo, “es decir que hay que gestionar significativamente, de manera intensiva y en varios años el problema, a efectos de que pueda ser controlado”.

El consultor dice que es importante considerar el estado de ánimo de los ciudadanos, porque eso influye en la percepción de los problemas. En el caso de Quito hay 30% de optimismo y 70% de pesimismo, mientras que para Guayaquil hay 40% de optimismo y 60% de pesimismo.

Coronel indicó que el estado de ánimo es bastante similar al que encontraron en sus mediciones en enero. Los ciudadanos perciben el momento actual de Ecuador como malo o muy malo, señala. “Solo el 23% de las personas que encuestamos menciona que será mejor, y al mismo tiempo considera que hay problemas recurrentes, principalmente sobre la inseguridad y los problemas económicos. Eso construye un escenario o una estructura crónica de temor de los ciudadanos. Entonces, esa estructura influye en la percepción de los distintos problemas, va a tener agravantes”, explicó.

‘Hay que pensar en una recomposición del tejido social’
Diego Pérez, docente del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), dijo que se ha construido una narrativa muy fuerte sobre el problema de la inseguridad y ésta permea a todo el espectro político y la discusión de qué está pasando en el país. Además, considera un segundo elemento:

Ecuador se enfrenta a una condición de una extrema pérdida de capacidades de respuesta a problemas y esto genera una preocupación sobre los índices de seguridad.

“Los hechos violentos que se han visto, han sido sumamente dramáticos. Hay violencia y es inusitada. Hay que considerar que esa violencia, de esas dimensiones y de esas formas, tiene atada la comprensión de las posibles respuestas. Y aquí hay un problema: se construyó una narrativa de que las respuestas pasan por la utilización intensiva de las Fuerzas Armadas y de Policía, combinado a la presunción de que el problema disminuiría. Evidentemente, eso no ha pasado”, aseguró.

Para Pérez hay una percepción de mayor seguridad cuando las Fuerzas Armadas están involucradas, pero “esto no necesariamente quiere decir que las condiciones sean más seguras”. Además, señaló que los problemas de seguridad del país no se resuelven ni fácil ni rápidamente. Por lo que señala que hay que pensar en una recomposición del tejido social no solo con la presencia de instituciones armadas del Estado, sino también con la presencia de instituciones de salud, de educación. Además, “se necesita desplegar una estrategia de recuperación de la soberanía del Estado”, asegura.