CHILE: Los chilenos que todavía no deciden cuál es su candidato presidencial: mujeres, adultos mayores e indiferentes a la democracia

Una mujer emite su voto en Santiago, Chile, el 29 de junio. SOFIA YANJARI

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Maolis Castro

Un estudio del Centro de Estudios Públicos muestra que los indecisos se dividen en dos grandes grupos: los desapegados y los desinteresados por las elecciones del 16 de noviembre

En nueve días, el 16 de noviembre, Chile enfrentará su primera elección presidencial y parlamentaria con voto obligatorio e inscripción automática. Y, según la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) divulgada el 27 de octubre –antes del período de veda en los sondeos aplicado 15 días previos a los comicios–, uno de cada cinco personas aún no definía su candidato a la Presidencia. Es un grupo al que se suman quienes cambian de preferencia con frecuencia o no están completamente seguros de su elección.

TOMADA DE: https://elpais.com/

Cristina Anza (Santiago, 75 años), una vecina de la comuna Lo Prado, en el noroeste de la capital de Chile, forma parte de los que no sabe cuál de las ocho opciones presidenciales marcará en la papeleta de votación. “Yo la doblaré y echaré en la urna, pero ahora no sé por quién lo haré porque estoy muy desorientada. Hace tiempo que no votaba porque estaba desilusionada de los políticos, pero ahora es obligatorio y ninguno de los candidatos logra convencerme”, dice en una conversación telefónica.

Los indecisos tienen menor probabilidad de estar interesados en la política o de confiar en el proceso electoral, concluye el informe Descifrando a los indecisos: desinteresados y desapegados, publicado recientemente por el CEP. Uno de los autores del estudio, César Gamarra, asegura que este segmento de los electores cree con menor frecuencia que la democracia es el mejor sistema de gobierno y se manifiestan “indiferentes” entre un gobierno autoritario o uno democrático. Suelen, además, ser mujeres, adultos mayores, mayormente de sectores urbanos, solteros y con menos posibilidades de obtener ingresos altos.

La búsqueda de este voto puede ser clave para candidatos como el ultraconservador José Antonio Kast, del Partido Republicano; Evelyn Matthei, de la derecha tradicional; y el libertario Johannes Kaiser, plantea la analista política Paulina Valenzuela, directora de Datavoz. “La primera vuelta será como una primaria para la derecha porque, a diferencia del oficialismo que está representado por Jeannette Jara, no tienen una candidatura única”, apunta.

Si algo ha puesto más incertidumbre a esta contienda es que las encuestas conocidas en la recta final de la campaña mostraban un crecimiento sostenido de Kaiser, que ponía en entredicho la presencia de Kast en el balotaje.

Los desapegados, los desinteresados y los “relativos”
El grupo de los indecisos directos -los que respondieron no saber por quién votar o no lo revelaron su preferencia en sondeos- es altamente heterogéneo. En el CEP los clasifican en dos grandes bloques: los desapegados, que no votaron en las presidenciales de diciembre de 2021 y tampoco les interesa hacerlo en esta elección, y los desinteresados, que sí acudieron a los comicios de hace cuatro años, pero que no muestran interés por los de este 2025.

Este último segmento representa a un 56% del total de los indecisos, frente a un 26% desapegados y el resto se distribuye en otras categorías minoritarias.

Los indecisos desinteresados son personas mayores de 45 años, en su mayoría mujeres, que dicen identificarse en el centro político, casi no tienen interacciones sobre política y valoran tener un líder fuerte que gobierne sin Congresos ni elecciones. “Eso va en línea con el asunto de la indiferencia respecto de un régimen democrático o un autoritario. Este grupo percibe que el Estado tiene la principal responsabilidad por el sustento económico de las personas”, dice Sandra Quijada, coordinadora de opinión pública del CEP.

Otro rasgo es que predomina una baja valoración hacia las candidaturas presidenciales. Una alta proporción de los consultados dijo que no votaría, otros no respondieron y los que sí lo hicieron indicaron que podría votar por alguno de los que, hasta ese momento, estaban mejor posicionados en los sondeos: Kast, Jara o Matthei.

Los desapegados no suelen estar interesados en la política, opinan generalmente que la democracia funciona mal, no se identifican con ninguna posición política, son muy pesimistas respecto con la situación económica actual y futura del país, tienen una mayor probabilidad de simpatizar con regímenes autoritarios y cuando se indaga respecto de por quién podría votar se inclinan por candidatos como Kaiser o Franco Parisi, del Partido de la Gente, describe Quijada.

Sin embargo, Valenzuela advierte que existe un tercer grupo que manifiesta apoyo por un aspirante en las encuestas, pero que puede cambiar de rumbo e inclinarse por otro. Y los denomina los votantes relativos. “Las personas se pueden cambiar entre candidatos, como sucedió con Matthei y Kast. Eso ha ocurrido especialmente con los de derecha porque no tienen un representante único. La indecisión no es solo el que dice por quién va a votar, sino también aquel no está completamente decidido de su opción”, agrega.

Dentro de este universo, Cristina Anza, por ejemplo, podría ser uno de los casos más comunes detectados por los investigadores del CEP: los desapegados. Habitualmente votó por la derecha, pero desde que se implementó el sufragio voluntario en Chile, en 2012, dejó de concurrir a las urnas. Su razón es que cree que “los políticos prometen más de lo que cumplen”. Dice que no se siente a gusto con los discursos de Kast, Matthei ni Kaiser. “Hay mucho radicalismo, pelean como cabros chicos [niños] y eso no me gusta”, subrayó.

En cuanto a candidata de la izquierda, le simpatiza porque viene de un sector humilde como ella (El Cortijo, en la comuna de Conchalí); pero asegura que le teme a su formación política, el Partido Comunista (PC), y también cree que el Gobierno de Gabriel Boric, del que Jara fue ministra del Trabajo, no logró solucionar problemas como el de la inseguridad.