Comunidad wiwa fortalece la armonía colectiva con jornada de paz y memoria cultural

Niñez wiwa y profesionales del ICBF fortalecen juntos entornos protectores y vínculos comunitarios durante la jornada de integración

En lo alto de la Sierra, donde el viento resguarda historias ancestrales y el territorio es más que tierra, la comunidad wiwa de Limón Carrizal vivió una jornada dedicada a la reconstrucción emocional y a la protección de la niñez, acompañada por los equipos de las Unidades Móviles del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, como parte del programa “Aquí Crece la Generación para la Paz”.

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Esta iniciativa buscó acompañar a las familias en su proceso de fortalecimiento comunitario, promoviendo espacios de escucha, confianza y expresión, especialmente entre niñas, niños y adolescentes, quienes tuvieron un rol central en la actividad.

La jornada comenzó con una armonización espiritual en el lugar sagrado Duashagaka, donde la comunidad y los equipos profesionales realizaron un acto simbólico para honrar la vida, pedir equilibrio y agradecer la protección del territorio. Este encuentro permitió fortalecer el vínculo entre la cosmovisión wiwa y los procesos de acompañamiento que se desarrollan actualmente.

Más tarde, las voces más jóvenes de la comunidad participaron en actividades que mezclaron juego, arte y reflexión. Desde la construcción de símbolos de paz hasta la creación de mensajes colectivos, los participantes compartieron pensamientos sobre la importancia de cuidar la palabra, el entorno y la convivencia dentro del territorio.

Uno de los momentos significativos fue el diálogo con la autoridad tradicional wiwa, quien destacó la importancia de mantener viva la memoria cultural en los procesos comunitarios. El intercambio permitió reafirmar el valor de las tradiciones y la espiritualidad como caminos para sostener la armonía colectiva.

La jornada concluyó con un espacio de integración entre familias y equipos de acompañamiento, donde se reconocieron los aprendizajes compartidos y el compromiso de continuar trabajando por entornos protectores para la niñez indígena.

Más allá de una actividad puntual, este encuentro dejó sembradas semillas de escucha, confianza y pertenencia, claves para que las nuevas generaciones continúen fortaleciendo la paz en sus territorios.