A la búsqueda de la pequeña Valeria se había sumado la del joven 24 años, que fue visto por última vez al concluir su jornada laboral en el outlet de Imusa
La Fiscalía General de la Nación informó en la tarde del martes 26 de agosto de 2025 que los restos humanos encontrados en el río Frío, en el municipio de Cajicá (Cundinamarca), pertenecen a Javier Mauricio García, que había sido reportado como desaparecido el 10 de junio de 2025, y no a Valeria Afanador, la menor desaparecida desde hace tres semanas.

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La madre de Javier Mauricio indicó a Caracol Radio que recibió el llamado de Medicina Legal para iniciar el proceso de reconocimiento. La confirmación pone fin a la incertidumbre sobre la identidad de los restos hallados en el afluente y centra la atención en la búsqueda de la pequeña Valeria, cuyo paradero sigue sin conocerse.
La desaparición de Valeria Afanador mantiene en vilo a la comunidad de Cajicá, donde las autoridades y los habitantes centran sus esfuerzos en localizar a la pequeña de 10 años, cuyo rastro se perdió el 12 de agosto tras salir de su colegio. Este caso ha puesto de manifiesto la preocupación creciente por la seguridad en el municipio, que enfrenta más de una desaparición sin resolver.
Javier Mauricio Garcia Pineda, un joven de 24 años, había sido visto por última vez al concluir su jornada laboral en el outlet de Imusa, en Cajicá - crédito suministrado a Infobae
A la búsqueda de Valeria Afanador se había sumado la de Javier Mauricio Garcia Pineda, un joven de 24 años que había sido visto por última vez al concluir su jornada laboral en el outlet de Imusa, en Cajicá, alrededor de las 10:00 p. m.
Las gestiones para encontrar a Javier Mauricio Garcia Pineda habían incluido denuncias formales ante el CTI de Chía, la Fiscalía General de la Nación y la Policía Metropolitana de Bogotá.
El descubrimiento de restos humanos durante la búsqueda de la pequeña Valeria
El lunes 25 de agosto fue reportado el hallazgo de restos humanos desmembrados en las inmediaciones de Cajicá, hecho que intensificó la incertidumbre en torno a la desaparición de la pequeña Valeria Afanador, la menor de 10 años cuyo rastro se perdió el 12 de agosto.
Las primeras diligencias forenses, según reportó City TV, permitieron descartar cualquier vínculo entre los restos encontrados y la desaparición de la pequeña. Las autoridades confirmaron que “los restos hallados correspondían a un hombre adulto”, lo que condujo a la apertura de una segunda línea de investigación.
La Fiscalía informó que los restos humanos encontrados en el río Frío, en el municipio de Cajicá, pertenecen a Javier Mauricio García, que había sido reportado como desaparecido el 10 de junio de 2025, y no a Valeria Afanador - crédito Interpol
La recompensa ofrecida por información que permita ubicar a la menor se mantiene en $70 millones, una suma destinada a incentivar la colaboración ciudadana. Además, la Interpol ha emitido una circular amarilla, lo que implica la activación de una alerta internacional sobre la desaparición de la estudiante.
La preocupación de la comunidad se ha visto acentuada por el hecho de que Valeria Afanador padece síndrome de Down, condición que le impone restricciones alimentarias y dificultades para comunicarse, factores que han motivado a la sociedad civil y a las autoridades a sostener la búsqueda desde el primer día.
El caso ha tenido un impacto directo en la vida cotidiana de Cajicá y ha impulsado la adopción de nuevas medidas de seguridad en el Gimnasio Campestre Los Laureles, el colegio donde la menor fue vista por última vez.
Las autoridades intensifican la búsqueda de Valeria Afanador, la menor de 10 años desaparecida en el municipio de Cajicá, Cundinamarca - crédito Bomberos Cundinamarca
En declaraciones recogidas por City TV, Manuel Afanador, padre de la menor, señaló la existencia de “indicios sólidos de que la niña no pudo haber salido sola del colegio, algo o alguien tuvo que intervenir”. Ante esta situación, la familia ha contratado a un abogado especializado en derechos humanos para acompañar y fortalecer las investigaciones en curso.
Las autoridades educativas han implementado protocolos adicionales en el colegio, que incluyen vigilancia permanente mediante cámaras, patrullaje nocturno motorizado cada dos horas y la instalación de sistemas de monitoreo en el entorno del campus y del río Frío, que discurre cerca de la institución. Tras dos párrafos de ausencia, Gimnasio Campestre Los Laureles vuelve a ser mencionado como epicentro de las nuevas estrategias de seguridad.