El video donde Sielva María Díaz cuenta la travesía para ser reconocida como hija del Cacique, se ha hecho viral en redes sociales.
Durante años, Sielva María vivió entre certezas íntimas y silencios legales. La venezolana sabía, o al menos lo intuía con fuerza, que era hija de Diomedes Díaz, el eterno ‘Cacique de La Junta’, leyenda del vallenato colombiano, pero no fue hasta después de la muerte del cantante, ocurrida en diciembre de 2013, que su historia dio un giro.
Hoy, más de una década después, su lucha por el apellido ha rendido frutos: es legalmente parte de la Dinastía Díaz.
¿Cómo fue el proceso de reconocimiento de Sielva Díaz?
En un emotivo y extenso testimonio, compartido a través de redes sociales, Sielva María Salcedo Bohórquez, ahora Sielva Díaz, narró paso a paso el complejo proceso emocional, legal y económico que vivió para ser reconocida como una de las hijas del artista, quien llegó a tener más de 20 hijos oficialmente reconocidos.
“Después del nacimiento de mi hija, ese ha sido el momento más feliz de mi vida”, dice con una mezcla de alivio y orgullo. No es para menos. Su historia comienza en Maracaibo, Venezuela, donde nació y creció junto a su madre, colombiana de nacimiento.
Fue esta doble identidad la que complicó, inicialmente, su camino: “Menos mal que mi mamá tenía cédula colombiana porque ella sí nació acá. Y a través de ella me dieron mi nacionalidad colombiana”.
La historia de Sielva se activa con la muerte del cantante. Fue entonces cuando los hijos ya reconocidos del ‘Cacique’, 18 en ese momento, tomaron una decisión conjunta: quienes tuvieran sospechas o les hubieran dicho que eran hijos del artista, debían someterse a una prueba de ADN.
“Los 18 hermanos reconocidos se reúnen y llegan a la conclusión de que todo aquel que sospeche, sienta o que le hayan dicho que eran hijos de Diomedes Díaz, se tenían que hacer la prueba”, narró.
Así fue como Sielva, aún viviendo en Venezuela, comenzó a mover cielo y tierra para entrar en ese proceso. Pero los obstáculos no tardaron en aparecer: “Nos informaron que el costo de la prueba de ADN era de 300.000 pesos y yo no tenía ni un bolívar”, recordó. Su familia, con recursos limitados, tuvo que organizar recolectas para cubrir no solo el costo del examen, sino también los gastos de transporte y estadía.
La joven también habló de las emociones encontradas que la embargaban antes de hacerse la prueba: “Yo le preguntaba, ‘Mami, ¿segura que yo soy hija de Diomedes? Dime ahora o calla para siempre’”. A pesar de que había compartido momentos con el artista en vida, la ausencia de una validación legal la mantuvo en una especie de limbo emocional durante años.
La prueba de ADN se realizó en presencia de algunos de los hijos reconocidos, entre ellos Elder Dayán Díaz y María Alexandra Díaz. Una de las grandes interrogantes del proceso fue la procedencia de la muestra biológica con la que se compararon los perfiles genéticos.
Sielva comentó que existen dos versiones: “La más válida es que en la morgue, cuando estaban preparando el cuerpo de nuestro padre, le sacaron un poquito de sangre y le cortaron un poquito de pelo. Y la otra versión es que también le sacaron sangre a mamá Vila”.
La espera fue eterna. Durante tres meses, Sielva vivió con la angustia de no saber si sería aceptada o rechazada por la familia Díaz. El día que recibió una llamada de su abogada diciéndole “Uno de ustedes salió negativo”, el miedo se apoderó de ella. “Yo llamé a mi abogada y le dije, ‘Por favor, doctora, averigüe quién salió negativo. Esto me está matando, me está matando, por favor’”.
Pero el desenlace fue otro: “Sielva, cálmate porque tú saliste positiva. Tú eres hija de Diomedes Díaz con un 9.9% comprobado”, le dijo su abogada, y su vida cambió para siempre.
Diomedes Díaz tiene una hija venezolana
Este resultado no solo le dio a Sielva el derecho de llevar el apellido de su padre, sino que también la incluyó oficialmente en el proceso de sucesión del artista, que sigue siendo un asunto activo entre los herederos.
Según Elder Dayán Díaz, la familia ha buscado manejar estos casos con respeto y claridad: “Lo que se acordó es que todo aquel que tuviera pruebas, podía hacerse la prueba y, si salía positivo, sería reconocido”, dijo en su momento en declaraciones recogidas por El Heraldo.
Sielva, ahora reconocida legalmente como una de las hijas del ídolo vallenato, reflexionó sobre lo vivido. “Yo no me crié con mi papá, lo veía de vez en cuando. Pero saber que llevo su sangre en mis venas es lo mejor que me ha pasado en la vida”, afirmó. También explicó que su madre no emprendió acciones legales antes, y prefirió dejar las cosas fluir. El tiempo, finalmente, puso todo en su lugar.
Hoy, Sielva no solo lleva con orgullo el apellido Díaz, sino que también comienza a construir su propio camino musical, siguiendo los pasos de su padre, pero con una voz propia.