El cantante antioqueño fue contratado por un capo del Cartel de Cali para celebrar la muerte de su enemigo.
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El rey del despecho, Darío Gómez, convirtió sus duelos en música y hasta dio las instrucciones para el día de su muerte, que llegó este martes 26 de julio: “Cuando ustedes me estén despidiendo, en el último adiós de este mundo, no me lloren que nadie es eterno, nadie vuelve del sueño profundo”.
El éxito de esa canción, “Nadie es eterno”, trascendió tanto la cultura popular que se convirtió no solo en un himno de cantinas y velorios, sino en el último adiós que recibió el capo del Cartel de Medellín, Pablo Escobar, cuando murió el 2 de diciembre de 1993.
Y es que por esas fechas, Darío Gómez se había convertido en el “niño consentido” de Hélmer “Pacho” Herrera, el cuarto al mando del Cartel de Cali, que se disputaba el negocio del narcotráfico con el grupo criminal que lideraba Escobar. Por eso, el canto no fue solo de despedida: fue una celebración.
“El día que mataron a Pablo Escobar, al otro día me llamó él (Herrera) y me dijo ‘quiero que me cante, ¿ya usted sabe a quién le va a cantar?’ y yo le dije ‘a usted, Don Pacho’, entonces me dijo ‘no, ¿pero usted sabe a quién le vamos a cantar?’ y yo le dije ‘¿a quién?’, ‘pues a Pablo Escobar que lo mataron ayer’”, contó el artista antioqueño en el programa “Se dice de mí” del Canal Caracol.
“Me va a cantar diez veces ‘nadie es eterno’ y listo, entonces yo la canté diez veces y ya después canté otras canciones”, relató el rey del despecho, aclarando que en ningún momento vio a Pablo Escobar en vida y si el capo llegó a estar en alguna de sus presentaciones, “no lo vio”.
Sin embargo, aunque no le cantó al capo paisa, Gómez sí confesó que en distintas ocasiones se presentó en eventos privados ante otros capos y “mafiosos”. “A un señor ‘Don Diego’, a un señor ‘Arcangel’ de Cartago, a Nelson Urrego, casi que a todos los capos del Valle”, aseguró en vida el artista, que incluyó entre sus seguidores a los hermanos Rodríguez Orejuela, fundadores del Cartel de Cali.
La situación con “Pacho” Herrera fue tan particular que hasta el capo tenía una canción favorita, la cual le pedía cantar 3 o 4 veces seguidas cuando lo contrataba: “Lo que va a ser para uno”. Incluso, en una ocasión le ofreció un Ferrari de aguinaldo –según contó Gómez al medio nacional–, el cual fue rechazado.
“Fue uno de los señores más respetuosos conmigo. Le decía a toda su gente ‘me tienen que proteger mucho a Darío, primero que todo, y segundo me lo tienen que tener entre los número uno’”, relató en vida el cantante y compositor.